La columna de Rodrigo Goldberg: Enervante pasividad
El comentarista de Al Aire Libre analizó la balacera ocurrida en el centro de entrenamientos de U. de Chile.
Por Rodrigo Goldberg, @polaco_goldberg
Cada vez que hay desórdenes y destrozos en una marcha aparece un personero de Gobierno (el de turno) señalando siempre lo mismo: "Repudiamos los actos de violencia y presentaremos una querella contra quienes resulten responsables". Bla, bla, bla… No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que, en general, los "responsables" quedan impunes. De hecho, con suerte los encuentran.
Pues bien, el martes el presidente de la ANFP, Arturo Salah, hizo exactamente lo mismo. Repudió los hechos de violencia ocurridos en las afuera del CDA diciendo que hace tres años no se vivía una situación así. Error. Habría que recordarle al ex técnico que en enero de este año hinchas de Colo Colo y Wanderers se enfrentaron duramente en la Supercopa.
Pero bueno. La pregunta que me asalta después de escuchar tantas buenas intenciones es: "Ya ¿y?" Además de repudiar y anunciar las penas del infierno, ¿qué más van a hacer? O en su defecto, ¿que han hecho en los últimos años? ¿En que pie está el plan de Estadio Seguro con el nuevo Gobierno?
Es preocupante el actuar de algunos entes que toman estos hechos con una liviandad e irresponsabilidad que sorprende.
Partiendo por los delincuentes que se visten de hinchas. Si dos tipos se quieren matar porque no les gusta el mismo equipo allá ellos. En su infinita estupidez están dispuestos a matar inocentes que no quieren otra cosa que disfrutar el fútbol.
Se atacó a mansalva a un grupo de personas que incluía mujeres y niños que aprovechaban sus vacaciones de invierno. Parafraseando al Chapulín Colorado me pregunto: "Y ahora, ¿quién podrá defendernos?"
Segundo, el actuar de algunos barrabravas presentes en el CDA que no encontraron nada mejor que atacar a los periodistas que cubren día a día a la U. Un ataque artero, cobarde e inentendible.
Tercero, el comportamiento de Carabineros que, a vista y paciencia de estos últimos hechos, sólo realiza una labor de contención ante los hechos. ¿Cómo se entiende que nuestra policía uniformada recuperara equipos de prensa, de manos de los malhechores, sin un solo detenido? Se supone que representan la ley, que tienen las herramientas para prevenir y actuar ante la flagrancia. Pero no. En este caso prefirieron calmar las aguas de manera salomónica.
Por último, y no menos importante, las declaraciones de Johnny Herrera. Carabineros aún no salía del CDA y el capitán de la U ya tenía a los culpables. “Está confirmado”, señaló el guardameta azul. Declaraciones irresponsables como esta no hacen otra cosa que prender un polvorín siempre atento a cualquier chispa.
Pasarán los días y la temperatura va a bajar, archivando este hecho como "problema entre barristas".
El aumento del nivel de violencia ha llegado a niveles impensados, a tal punto que cada día que pasa se agota nuestra capacidad de asombro. Tendremos entonces que presenciar una real tragedia para tomar conciencia que la delincuencia, vestida con ropajes de fútbol, se enquistó en nuestra sociedad y, particularmente en el fútbol. La cobardía una vez más se alimentó de esta enervante pasividad.