La noble enseñanza política que Andrés Aylwin lega a su familia y al país

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Autor: Cooperativa.cl

Uno de sus nietos recuerda que el ex diputado y férreo defensor de los DD.HH. tenía claro cuál debía ser el fin último de la política.

El abogado e histórico militante DC de 93 años permanece en estado grave en su casa, acompañado de su familia.

 UNO (Archivo)

"Él nos recuerda por qué estamos haciendo política y por qué queremos contribuir al país", dice su nieto Sebastián Aylwin.

En grave estado de salud a causa de una insuficiente cardiaca, y en fase "definitiva", permanece en su casa y acompañado de su familia Andrés Aylwin Azócar, militante y abogado de la DC y férreo defensor de los derechos humanos.

Entre muestras de reconocimiento a su persona y una velatón que realizaron parientes y amigos en homenaje a su persona la pasada jornada, uno de sus nietos, Sebastián Aylwin, recordó una enseñanza política que le expuso alguna vez su abuelo.

"Él decía que la política es la humanidad, y si la política no sirve para hacer de la humanidad un lugar mejor, entonces no sirve", recordó.

"Y hoy día -sostiene-, cuando vemos tanto cinismo y pragmatismo en la política, alguien como él nos recuerda por qué estamos haciendo política y por qué queremos contribuir al país".

Familia agradece "inmenso" reconocimiento

Su hijo Andrés Aylwin, por su parte, agradeció que "las muestras de reconocimiento y admiración han sido inmensas, hacia él y lo que fue su vida de lucha en tiempos que fueron difíciles, cuando mucha gente necesitó de una mano amiga y él se las dio".

"Ha sido muy emocionante acompañar al tío Andrés, ha venido gente de todas partes a saludarlo y reconocer el testimonio de una persona que luchó por los derechos humanos y la reconciliación de los chilenos", destacó su sobrino Juan Francisco Aylwin.

"Un político a carta cabal, ahora que está de moda hablar mal de los políticos, para mí es un orgullo ser su sobrino", valoró.

Una vida abocada a los DDHH

Nacido el 30 de junio de 1925, Andrés Aylwin fue diputado de la República en varias oportunidades y ha dedicado gran parte de su vida a la defensa de los derechos humanos.

Fue un acérrimo defensor de los derechos humanos durante la dictadura y fue uno de los 13 integrantes de Democracia Cristiana que, distanciándose de la entonces directiva falangista, condenó el golpe militar de 1973 por medio de una carta que se encuentra actualmente en el Museo de la Memoria.

"Acordamos juntarnos dos días después (del Golpe) en la casa de Ignacio Palma y ahí firmamos la declaración. Tuvimos mucha presión para que no se hiciera efectiva esta declaración, pero todos tuvimos una convicción moral de que era lo que correspondía hacer", recordó hace unos años.

Siempre luchó en consecuencia con su compromiso por los derechos humanos durante los 17 años de dictadura, y aunque en esa época fue relegado un tiempo a la Región de Tarapacá por orden de Augusto Pinochet, luego retomó su activo como abogado de presos políticos y participó en el Comité de Cooperación para la Paz en Chile y la Vicaría de la Solidaridad.

En 1978, a cinco años de iniciado el régimen militar, fue elegido presidente de la Agrupación de Abogados Pro Derechos Humanos y director de la Comisión contra la Tortura, desempeñándose como querellante en casos de detenidos desaparecidos.

Aylwin enviudó a inicios de este año cuando murió Mónica Chiorrini, también destacada defensora de los derechos humanos, con quien tuvo cuatro hijos.