Las excentricidades de los dueños de Dorados de Sinaloa, el equipo de Maradona
El clan Hank es propietario de casinos, zoológicos y cuentan con un lado oscuro.
Diego Armando Maradona asumió como entrenador de Dorados de Sinaloa, un equipo mexicano que milita en la segunda división y con 15 años de vida, cuya propiedad pertenece al Grupo Caliente, de la familia Hank.
Hasta ahí todo bien, sin embargo, este clan del norte de México adquirió mala fama por sus supuestos vínculos con el narcotráfico, tal como lo afirma Mario Maldonado, periodista del diario Financiero.
Es así como Jorge Hank estuvo preso en 2011, pero por falta de méritos su estadía tras las rejas sería muy corta.
Y hay más: "Sobre él pesan acusaciones como las de mandar a asesinar periodistas, traficar con pieles de animales, poseer armas de alto calibre en sus propiedades, estar ligado al narcotráfico; y algunas extravagancias que van desde poseer cientos de animales exóticos y hacer cruzas extrañas entre ellos; beber tequila fermentado con pene de tigres, leones y perros y de soltar frases como esta: 'las mujeres son mi animal favorito'", dice Maldonado.
Hank, quien heredó la fortuna de su padre Carlos luego de que este amasara su fortuna a través del Partido Revolucionario Institucional, entidad que estuvo 70 años en el poder, fue quien usufructuó de la mejor manera el poder político de su padre y catapultó la firma familiar, convirtiendo a Tijuana en la segunda ciudad con más casinos de México (21 en total).
El Grupo Caliente posee, además, un hipódromo denominado Agua Caliente, de más de 60 hectáreas, decenas de salas con máquinas tragamonedas, bingos, casas de apuestas deportivas, un hipódromo, un galgódromo, criaderos de animales, un zoológico y el estadio de fútbol de Los Xolos de Tijuana.
Además, Hank, ex alcalde de Tijuana (2004-2007) fue acusado por el asesinato del periodista Héctor "El Gato" Félix en 1988, corresponsal del semanario Zeta, que investigaba los negocios de la familia Hank. Las dos personas acusadas de matarlo eran custodios en las empresas de Jorge Hank Rhon. Incluso, tras cumplir con su condena en 2015, uno de ellos volvió a trabajar como guardaespaldas del polémico empresario.