Senado brasileño será el más fragmentado de su historia con 21 partidos
Esto luego de las elecciones del domingo, donde se renovaron dos tercios de la Cámara Alta.
La primera minoría es del Movimiento Democrático Brasileño, que lidera el actual presidente Michel Temer.
Este domingo se desarrollaron las elecciones presidenciales y legislativas en Brasil.
El Senado brasileño tendrá a partir del próximo año la mayor fragmentación de su historia con la presencia de 21 partidos, según los resultados de las elecciones legislativas y presidenciales del domingo, en las que se renovaron dos terceras partes de la Cámara Alta.
El resultado en las urnas reflejó una fragmentación nunca antes vista con una amplia amalgama de 21 partidos para el próximo periodo legislativo en el Senado, seis más con respecto a 2015, cuando estaban representadas 15 formaciones.
En 1995, cuando el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso asumió la Presidencia, había diez partidos en el Senado, y ocho años después, con Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de Estado, eran nueve.
A partir de 2003, el número empezó a crecer de manera progresiva hasta los 21 partidos representados hoy en el Senado, compuesto por un total de 81 senadores, cuyos mandatos se extienden por ocho años.
El Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que lidera el presidente Michel Temer, continuará como la primera minoría con 12 senadores, si bien este domingo perdió siete frente a los 19 con los que inició el anterior periodo legislativo en 2015.
El Partido Social Liberal (PSL), del ultraderechista Jair Bolsonaro, que no tenía representación en la Cámara Alta, pasará a tener cuatro escaños, uno de los cuales lo ocupará su hijo Flávio Bolsonaro, elegido con un 31,36 por ciento de los votos en Río de Janeiro.
El Partido de los Trabajadores (PT), que lidera desde la cárcel el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción, pasó a ser la quinta minoría, al bajar de 13 senadores a los seis de ahora.
Rousseff quedó fuera del Senado
La ex presidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016 por el Congreso y quien lideraba todos los sondeos previos a las elecciones para uno de los dos escaños por el estado de Minas Gerais, quedó en cuarto lugar con un 15,35 por ciento y no logró una silla en el Senado.
En números absolutos, 32 de los 54 senadores que ejercían el cargo desde 2011 buscaron renovar su mandato, pero solo ocho de ellos los consiguieron, lo que supone apenas un 25 por ciento, según los resultados de los comicios legislativos que dejaron por fuera a otros importantes nombres de la política brasileña.