Las preguntas de la PSU que generan polémica por supuesto "sesgo ideológico"
Se trata de varias interrogantes sobre las transformaciones sociales de la década de 1980 en Chile y sus consecuencias.
Casi 300 mil jóvenes rendirán el examen este lunes y martes.
La polémica apunta los facsímiles de ensayos de la PSU de Historia desarrollados por el Demre.
El próximo lunes 26 y martes 27 de noviembre 294.176 jóvenes rendirán la Prueba de Selección Universitaria. Y en la previa, algunos de los temas abordados en el examen han generado polémica por un presunto "sesgo ideológico".
Se trata de algunas preguntas de los ensayos de Historia y Geografía y Ciencias Sociales para el proceso de 2018 y 2019 de la PSU, que elabora el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional de la Universidad de Chile, que cuestionan el modelo neoliberal y sus consecuencias, según publicó este viernes La Segunda.
En específico, una de ellas interroga sobre los efectos de las transformaciones sociales ocurridas en Chile en la década de 1980, como la creación de las AFP, la reducción del gasto público, las privatizaciones y la municipalización de la educación secundaria.
Entre las alternativas se postula que con estas "se han profundizado las desigualdades sociales", "se han reducido las funciones económicas del Estado" y que "los privados han asumido la responsabilidad del gasto social". La respuesta correcta apunta a las dos primeras opciones.
Otra pregunta sobre el empleo informal y sus consecuencias, estableciendo como respuesta correcta que "aumenta la participación de las mujeres y jóvenes en el mercado laboral, en trabajos precarios y de baja calificación".
Visiones contrapuestas
"La PSU debiera evaluar conocimientos y plantear preguntas de manera objetiva, y no confundir al alumno sobre materias que son abiertamente incorrectas o no están zanjadas", critica en el vespertino la investigadora en educación de Libertad y Desarrollo, María Paz Arzola.
"Se está obligando al alumno a que responda opciones que no son correctas", critica sobre la primera de las preguntas, mientras que acerca de la segunda admite que no tiene sesgo, pero que "sí puede estar mal planteada, porque no es evidente qué es causa y qué es consecuencia".
Por su parte, la investigadora de Acción Educar, María Jesús Castro, dice que "las preguntas son elaboradas en base al currículum escolar, es decir, a lo que los alumnos aprenden durante enseñanza media" y "no debería tener problemas para responder".
Y aunque reconoce que sólo en la prueba de Historia "se han identificado algunas preguntas en las que uno podría decir que hay un sesgo ideológico", asegura que eso "básicamente tiene que ver con procesos históricos que son subjetivos".
No se puede pedir "consenso"
Renato Guzmán, doctor en Educación y académico de la UDP, apunta en el vespertino que "si uno tuviese que pedir un consenso absoluto no se podrían hacer muchas preguntas en esta asignatura o serían poco relevante".
Asimismo, cuestiona que si se apostara por hacer una prueba de "consenso", tendría efectos en el proceso educacional: "Eso de que la asignatura de historia se trata de entender el pasado, es algo que dejó de estar en el curriculum hace tres reformas curriculares atrás (1998, 2009, 2013). Hoy tiene la intención que interpreten el presente".