Mamani, el apellido andino que es revalorizado en Bolivia
Un encuentro internacional con sede en La Paz se trazó la meta de devolverle el valor a este prehispánico nombre de familia.
Se estima que uno de cada 10 bolivianos se apellida de ese modo.
Un encuentro internacional con sede en La Paz se trazó la meta de revalorizar el apellido prehispánico Mamani, que en aimara significa "halcón" y que se considera uno de los más comunes en Bolivia, además de ser típico en otros países andinos como Ecuador, Perú y el norte de Argentina y Chile.
La convención denominada Jacha Mamani, que quiere decir "los grandiosos Mamani" en aimara, incorporó el fin de semana exposiciones sobre temas lingüísticos, geográficos, literarios y astronómicos, relacionadas a ese linaje ancestral.
En declaraciones a Efe, el sociólogo Pablo Mamani señaló que este apellido es uno de los más "más extendidos en Bolivia" y que, según una investigación suya, son más de 734.000 que apellidan así en Bolivia, es decir, uno de cada 10 u 11, sea por parte paterna o materna.
Esta convención presentó a personalidades del núcleo familiar que desarrollaron ponencias como el escritor Alejandro Mamani, creador de la primera novela escrita en aimara.
Las temáticas que explicaron los vínculos del linaje ancestral con lo geopolítico y su relación con el imperio incaico, junto a los conocimientos de lectura de los astros que son conservados por personas los Mamani actuales.
A su turno, tuvo lugar la disertación de Cristóbal Mamani Chambi sobre la elaboración de instrumentos andinos de viento; del destacado pintor Roberto Mamani Mamani, conocido por su obras paisajísticas; del arquitecto Freddy Mamani, mentor del particular estilo del los "cholets", donde interactúan los colores vivos y los espacios amplios en edificios dedicados a fiestas barriales y que predominan en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz.
Ese cúmulo de disertaciones y exposiciones han tenido el enfoque de apreciar la cultura de los Mamani al mismo tiempo que rescató los rasgos más importantes de su historia.
De acuerdo a lo que se explicó, el apellido Mamani ha tenido que afrontar adversidades culturales y de clase por ser la expresión de un linaje específicamente aimara e indígena. El hecho más importante es que, en Bolivia, el apellido ha servido para generar dinámicas de exclusión al extremo de que en algunos casos ha sido estigmatizado.
Durante varias décadas quienes poseían un apellido indígena recurrieron a cambiárselo por miedo a la discriminación o por vergüenza, al punto que llegó a tener connotaciones peyorativas.
En algunos casos los Mamani se castellanizaron a Alcón o Aguilar, de modo que se mantenga el significado original que conceptualmente implicaba majestad y grandeza al referirse a un ave que vuela alto y que de gran visión, se explicó en el evento.
Actualmente los Mamani son muchos en Bolivia y los integrantes de esta gran genealogía creen que su valor está en el mundo aimara acompañado de una fuerte influencia en el campo político nacional.
Los datos del evento arrojaron que los Mamani son una especie de "diáspora" que por la migración también se han consolidado en países de Europa y Asia.