Juan Guaidó, el nuevo líder accidental del arrinconado Parlamento venezolano
El diputado de 35 años asumió la presidencia del Congreso ante las ausencias forzadas de figuras de su partido.
La Asamblea Nacional es el único poder en manos de la oposición.
Guaidó tendrá la difícil misión de rescatar las competencias del Parlamento y liderar desde ahí a la oposición.
La Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento), el único poder que controlan los detractores de Nicolás Maduro, está presidida desde este sábado por el joven diputado Juan Guaidó, un líder accidental que asume el cargo ante las ausencias forzadas de las figuras de su partido, Voluntad Popular (VP).
Tras el triunfo electoral que les permitió controlar la AN desde 2015, las principales agrupaciones de la oposición venezolana acordaron rotar entre ellas la presidencia del poder Legislativo cada año.
En 2019, la jefatura del Parlamento corresponde a VP, el partido del líder preso Leopoldo López, del asilado Freddy Guevara y del exiliado Carlos Vecchio, sus dirigentes más experimentados y representativos.
De ese trío, solo Guevara no estaba procesado judicialmente antes de 2015, y por su ascendencia dentro de VP estaba llamado a tomar las riendas del Legislativo este 2019, pero se asiló en la embajada de Chile en Caracas para evitar enfrentarse a la Justicia, que investiga su papel en las protestas violentas de 2017, que se saldaron con más de 100 muertos.
Así, Guaidó, un ingeniero de 35 años con maestrías en administración pública, sube a la presidencia de un órgano en el que los opositores depositan nuevamente sus esperanzas de poner fin a la acuciante crisis política y económica que atraviesa el país sudamericano.
Este legislador por el costero estado de Vargas, cercano a Caracas, es definido como de centro por sus colaboradores, pese a que milita en una agrupación que es miembro pleno de la Internacional Socialista y que voceros del Gobierno de Nicolás Maduro ubican, a manera de insulto, a la derecha del espectro político.
En su adolescencia, Guaidó sobrevivió a la "tragedia de Vargas", como se conoció a las lluvias e inundaciones que dejaron miles de muertos y desaparecidos, y trastocaron la normalidad de ese estado federal en 1999.
El opositor dio muestra de su carácter cuando en 2015 participó en una huelga de hambre para exigir que se fijara la fecha de los comicios parlamentarios, en los que fue electo con más de 97.000 votos.
Inició su carrera política como líder estudiantil, vinculado con la social democracia, en la Universidad Católica Andrés Bello, hasta que se unió a VP, del cual figura como miembro fundador, en 2009.
Su primer escaño en el Parlamento lo ganó como diputado suplente para el período 2010-2015, y luego fue designado como candidato a legislador principal por su partido en ese último año.
Contra el caso Odebrecht en Venezuela
En su trabajo parlamentario ha defendido la soberanía de Venezuela sobre el Esequibo, una zona en disputa con Guyana y que supone un tercio del territorio de este país, y ha denunciado el entramado de corrupción gubernamental por el caso Odebretch, que según una investigación de la Cámara dejó a Venezuela pérdidas patrimoniales millonarias.
El 2018 de Guaidó, padre de una niña de poco más de un año y aficionado al béisbol, un deporte considerado como el "pasatiempo nacional" en Venezuela, estuvo marcado por una intensa actividad social y el encuentro con luchadores sociales de distinto signo, una de sus pasiones según dijeron a Efe integrantes de su equipo de trabajo.
Como es común entre los ingenieros, el nuevo presidente del Parlamento venezolano tiene una mentalidad estructurada y metódica, pero también es señalado como un hombre tolerante, familiar y con aplomo, características que serán imprescindibles para el jefe de un poder arrinconado por el Supremo, no reconocido por el Ejecutivo, despojado de sus funciones por la chavista Asamblea Constituyente y que constantemente está en la mira de los seguidores más radicales de Maduro.
Al frente de la Cámara, Guaidó tendrá la difícil tarea de rescatar sus competencias y reiterar el rechazo que ya ha declarado la oposición al nuevo término de 6 años que jurará Maduro este 10 de enero, una decisión que podría ponerlo en la mira de la Justicia y del chavismo más radical.