Sudán del Sur se baña de sangre por los robos de vacas
Los ladrones, armados con fusiles Kaláshnikov, han perpetrado matanzas en varias regiones del norte, el centro y el este del país, coincidiendo con la estación seca.
El espiral de violencia ha causado al menos 200 muertos desde el comienzo del año.
El robo de ganado y las disputas por el control de los pastos ha desencadenado una espiral de violencia en Sudán del Sur que ha causado al menos 200 muertos desde el comienzo del año y ha teñido de sangre las zonas rurales de un país que trata de asentar un frágil acuerdo de paz firmado el pasado agosto.
Los ladrones, armados con fusiles Kaláshnikov, han perpetrado matanzas en varias regiones del norte, el centro y el este del país, coincidiendo con la estación seca, que obliga a los pastores de las tribus dinka, nuer y murle a buscar refugio en los "toj", como se conoce a las áreas pantanosas.
La cifra de asesinatos de este año supera con creces las 75 víctimas mortales registradas el año pasado por las disputas de ganado durante la estación seca, que se extiende de diciembre a marzo, dijo a Efe un asesor de seguridad la Presidencia sursudanesa, Tut Galuak.
Los enfrentamientos entre los pastores han aumentado, según Galuak, por "la ausencia de fuerzas gubernamentales en estas zonas" debido a la guerra civil desatada en 2013 y que continúa causando combates esporádicos a pesar del acuerdo de paz suscrito el 5 de agosto pasado.
El asalto más grave se produjo hace dos semanas en la zona de Tonj, en el estado de Warrap (centro), en el que murieron alrededor de 105 personas y otras 37 resultaron heridas, declaró a Efe el portavoz del gobierno regional, James Abik.
Los asaltantes, procedentes del estado vecino Liech del Sur, donde viven los nuers, robaron alrededor de 2.300 vacas en la incursión, estimó el portavoz.
El secretario de prensa de la Presidencia, Ateny Wek Ateny, manifestó a Efe que, para tratar de solucionar el conflicto, el gobierno ha convocado unas "conferencias de reconciliación" entre las tribus. También pretende lanzar una gran campaña para desarmar a los jóvenes pastores en los campamentos temporales que se montan en los "toj" en la época seca, considerada el verano en Sudán del Sur.
Para Wek Ateny, "la proliferación de armas en manos de los ciudadanos es lo que condujo al aumento del fenómeno de saqueos de vacas y luchas tribales durante el verano".
"Costumbres culturales"
El investigador David Edmond, de la ONG la Convivencia Pacífica, explicó que el robo de ganado también está relacionado con las costumbres culturales de los pueblos ganaderos de Sudán del Sur.
Para casarse, los hombres de las tribus dinka y nuer tienen que entregar a las familias de las novias dotes de más de un centenar de cabezas de vacuno.
Además, en estas tribus ganaderas se ensalza como "héroes" a los que participan en estas campañas de saqueo y las mujeres les cantan canciones a los que consiguen robar una mayor cantidad de reses.
Majok Kur, un líder dinka en el estado de Jonglei, en el este del país, manifestó a Efe que su tribu está preparando un ataque contra los bomas y contra los neuers para vengar una serie de asaltos ocurridos en enero en los que murieron 50 pastores dinkas y fueron robadas 1.500 vacas.
El líder dinka consideró que las fuerzas gubernamentales deberían de enviar refuerzos para proteger a los pastores en la época seca y añadió que las conferencias de reconciliación convocadas por las autoridades de Yuba "no solucionan el problema".
El analista Peter Malith, del Instituto de los Estudios de Paz y Resolución de Conflictos, dijo a Efe que, en muchos casos, los políticos "alientan" estos conflictos por el ganado para usarlos como justificativa para cesar a los gobernadores por la falta de la seguridad.
El pasado agosto el presidente, Salva Kiir, y la mayor parte de los grupos opositores, incluido el principal líder rebelde, Riek Machar, firmaron un acuerdo para poner fin al conflicto que desangra al país africano desde diciembre de 2013.
El acuerdo fue ratificado un mes después y desde entonces se trabaja en un proceso de paz lleno de incidentes y con dificultades económicas para plasmar en hechos el pacto alcanzado en el papel.