Senadores, ex ministros y embajadores: "Piñera está abandonado la política de Estado en RREE"

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Autor: Cooperativa.cl

Legisladores y antiguos diplomáticos condenaron el "estrabismo" con que -a su juicio- el Gobierno se maneja en el ámbito internacional.

Su gestión "se instrumentaliza para obtener réditos de política interna, lo que hace grave daño al país", advirtieron.

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Los firmantes señalan que el Gobierno de Piñera ha sido "extremadamente débil en la defensa de una salida pacífica a la crisis venezolana".

Un grupo de senadores del Partido Socialista, ex cancilleres, ex ministros y ex embajadores publicó una "Declaración sobre la situación en Venezuela y la política exterior del Gobierno de Sebastián Piñera", en la que acusan a la actual administración de "instrumentalizar" las relaciones internacionales con fines domésticos, rompiendo la tradición chilena que -en un sentido opuesto- existía en este ámbito.

El escrito es firmado, entre otros, por senadores Isabel Allende y Juan Pablo Letelier, los ex cancilleres José Miguel Insulza (a la vez senador) y Mariano Fernández, y el ex embajador en Venezuela Pedro Felipe Ramirez.

En él se indica que "Chile debe rectificar su política exterior", pues "se le hace grave daño al país cuando ésta se instrumentaliza para obtener réditos de política interna".

"La política exterior no puede continuar al servicio de intereses políticos domésticos. Esta no es la respetable tradición de Chile", insisten les firmantes del documento, donte también figuran los ex ministros Sergio Bitar, Adriana Delpiano y Carlos Ominami, ex embajadores Jaime Gazmuri y Carlos Eduardo Mena; y el ex director de Relaciones Económicas Internacionales Osvaldo Rosales; jefe programático de la campaña presidencial de Alejandro Guillier.

"Maduro no está en condiciones de seguir gobernando"

El escrito comienza con serias críticas al Gobierno de Nicolás Maduro y señala, entre otros puntos, que "la revolución bolivariana se ha descompuesto, las instituciones democráticas se han degradado, la economía se ha arruinado y la sociedad se ha polarizado a un punto extremo".

En medio de "una grave penuria de alimentos y medicinas, que ha alcanzado el nivel de crisis humanitaria, (...) Venezuela dejó de ser un estado de derecho para convertirse progresivamente en una forma de dictadura".

"Maduro perdió la 'legitimidad de origen de su régimen' ganada en la elección de 2013 y se fue deslizando hacia un ejercicio del poder cada día más arbitrario y menos tolerante, por lo que no está en condiciones de seguir gobernando", sostienen.

Chile "plegado a la estrategia norteamericana"

Sin perjuicio de lo anterior, los firmantes indican que "la salida a la crisis pasa por un acuerdo entre las principales fuerzas venezolanas, (...) producto de la acción social y política de su propio pueblo", y enfatizan que "no todos los medios son legítimos para producir un cambio".

"La amenaza de una intervención armada por parte del gobierno Trump es completamente inadmisible (...) La administración Trump ha transformado a Venezuela en un asunto de política interior. Para alcanzar su reelección, Trump necesita imperiosamente algún triunfo político internacional, y lo está buscando en Venezuela", apuntan, denunciando que, "en los hechos", Chile y el Grupo de Lima se han "plegado a la estrategia norteamericana".

"La posición del gobierno de Chile rompe con la tradición de autonomía de nuestra política exterior", dicen.

La carta insiste en que "es legítima la preocupación internacional por lo que acontece en Venezuela", ya que "los derechos humanos tienen una dimensión global". Sin embargo, critica que "el gobierno de Chile, así como el resto de los que constituyen el llamado 'Grupo de Lima', ha sido extremadamente débil en la defensa de una salida pacífica a la crisis venezolana".

"Distanciamiento del multilateralismo y la integración"

La declaración indica que "para la opinión pública es sobradamente conocido que tradicionalmente la política exterior de Chile se ha practicado como 'Política de Estado', lo que quiere decir que las decisiones significativas se adoptan con consultas a las instituciones públicas: Senado y Cámara de diputados, así como partidos políticos, internacionalistas, ex cancilleres, agrupaciones empresariales y sociales".

"Esa gran tradición no inspira a los actuales gobernantes. El Gobierno de Sebastián Piñera está abandonado la política de Estado y optando por un sistema inconsulto que traerá consecuencias", advierten, y señalan que "la posición de Chile sobre Venezuela no constituye un caso aislado", sino que da muestra de "una política sistemática de distanciamiento respecto de dos pilares fundamentales de nuestra política exterior: la defensa del multilateralismo y la integración regional".

Mencionan como ejemplos la "sorprendente" decisión de no suscribir el Acuerdo de Escazú sobre el Acceso a la Información, Participación Pública y Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, "no obstante haber sido uno de sus principales redactores"; y la "manera completamente inconsulta" en que Piñera decidió no suscribir el Pacto Mundial sobre Migración aprobado en Marrakech por la inmensa mayoría de los países miembros de la ONU.

"Lo mismo se puede decir del congelamiento de la participación en UNASUR sin pensar siquiera en su reforma y anunciar la pronta creación de una nueva organización, PROSUR, de marcado signo ideológico conservador sin ninguna garantía de solidez en el mediano y largo plazo", prosigue.

"Constantes ataques a la ex Presidenta Bachelet"

"El uso de la migración y los constantes ataques a la ex Pdta. Bachelet, la chilena de mayor figuración internacional en su condición de Alta Comisionada para los DDHH de Naciones Unidas, son ejemplos del estrabismo de la política exterior. En lugar de sostener un diálogo cercano y discreto, por ejemplo, sobre el tema de Venezuela u otro, aprovechando la condición de chilena de Michelle Bachelet, se le exige por razones subalternas de política interna o bien por ignorancia supina, que realice actividades, declaraciones o acciones, como si tratara de la representante de una ONG y no de un alto organismo de las Naciones Unidas, con procedimientos, atribuciones y facultades, establecidas por la Asamblea General y su Consejo de Seguridad donde no existe consenso sobre esta materia", dice, hacia el final, la declaración.