Conferencia Episcopal y caso de violación en Catedral: Es impresentable e inaceptable
El secretario Fernando Ramos señaló que no conoce los detalles, pese a que fue él quien ordenó la apertura del proceso canónico contra Tito Rivera.
Además, el deán de la Catedral, Juan de la Cruz, defendió su actuar y el del cardenal Ricardo Ezzati.
Esta semana se conoció el caso de Daniel Rojas, quien acusó haber sido drogado y violado por el sacerdote Tito Rivera.
El secretario de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, calificó de "impresentable, terrible e inaceptable" el caso de una presunta violación que habría ocurrido en la Catedral de Santiago.
Se trata del caso del denunciante Daniel Rojas Álvarez, quien apunta que fue abusado sexualmente por el sacerdote Tito Rivera en dependencias de la misma iglesia ubicada en el centro de la capital.
Ramos, quien también es obispo auxiliar de Santiago, insistió en que no conoce demasiados detalles del caso y que es el Arzobispado el que tiene que pronunciarse, sin embargo, confirmó que fue él el encargado de ordenar la apertura del proceso canónico en contra del sacerdote Rivera, en 2016.
"Yo tuve muy poco contacto con él, porque él trabajaba aquí en el centro y yo tenía más bien trabajo en el Seminario. El caso es impresentable, terrible, inaceptable. La pregunta que tenemos que hacer es cómo un sacerdote llegó a eso", manifestó Ramos.
"A mí me tocó intervenir básicamente al inicio, por la investigación previa. Después yo sé que hubo un proceso penal administrativo posteriormente, hubo una intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe que no conozco bien los detalles y el fallo fue el año pasado, yo ya estaba en Rancagua, no estaba en antecedentes de cómo fue el proceso penal", agregó.
Además, el secretario de la Conferencia Episcopal confirmó que fue citado a declarar en calidad de testigo por la Fiscalía Regional de O'Higgins, según él, particulamente por el caso del sacerdote Óscar Muñoz, aunque se le podría hacer preguntas de otro caso.
Deán Juan de la Cruz: "Hablamos de gente honesta, uno no supone nada"
En tanto, el deán de la Catedral, Juan de la Cruz Suárez, que también ha sido salpicado por el caso, salió a defenderse de las acusaciones que dicen que sabía que estos hechos ocurrían y que era quien le entregaba las llaves de la habitación al sacerdote Rivera.
Según De la Cruz, "él me dice 'padre, ¿usted cree que en las tardes yo podría descansar un par de horas para retomar mis actividades?'. Eso ha pasado más de alguna vez con sacerdotes ancianos que tienen que hacer un turno y esas piezas son para eso".
"Estamos hablando de gente honesta, de gente confiable, así que uno no supone nada", agregó.
El deán agregó que "en un primer intento, conversó conmigo y la verdad de las cosas, por el estado de él, por su actitud nerviosa la verdad de las cosas, dije yo 'aquí puede ser cierto o mentira', porque uno entra en sospecha".
"Además en una confesión yo tampoco te puedo revelar lo que me dijo, si eso es lo fregado que uno queda. Pero después, me lo dijo a los pocos días, caminando yo por dentro de la Catedral, subiendo al altar, me lo vuelve a gritar: 'aquí, padre, arriba pasaron tal...'. Entonces ahí hablé con el cardenal y le dije 'monseñor, esto es delicado'".
De la Cruz además defendió al cardenal Ricardo Ezzati respecto a las denuncias de encubrimiento y aseguró que la palabra le duele particularmente porque conoce al cardenal. En esa línea manifestó que sabe "lo honesto que es, otra cosa es que el proceso sea lento".
Arzobispado hará investigación "exhaustiva"
Por su parte, el Arzobispado entregó detalles del caso del sacerdote Tito Rivera y de la investigación que se realizó al interior de la Iglesia.
En esa línea, también revelaron cuáles eran las sanciones que se le impusieron tras condenarlo canónicamente. En ese sentido, el sacerdote fue sentenciado a "10 años de suspensión del ministerio público, pudiendo celebrar la Eucaristía sólo privadamente y con la compañía de una persona mayor de 50 años".
Además, se estableció "prohibición de reunirse y mantener contacto con jóvenes" y se le dijó residencia de común acuerdo con el Arzobispo.
"Si el padre Rivera no cumple tales medidas, una vez cumplidos los 10 años, la suspensión podrá ser impuesta por un período mayor", agregaba la sanción.
Respecto a la denuncia del caso, el Arzobispado comunicó que además "se iniciará una revisión exhaustiva para esclarecer todos los antecedentes que han sido conocidos públicamente. Las conclusiones de dicha revisión se comunicarán oportunamente a la ciudadanía".
El Arzobispado además informa que se tomó conocimiento de una demanda judicial en su contra, que "no ha sido notificada a la institución".