Parlamento británico decide este jueves si pide o no una prórroga para el brexit
La Cámara de los Comunes rechazó dos veces los términos pactados con Bruselas, pero también ha rehusado a abandonar la UE sin un acuerdo.
El plazo fatal es el próximo 29 de marzo, cuando debería materializarse la salida.
Una salida abrupta aún es posible, pero podría provocar la recesión de la economía británica.
El proceso del brexit ha llegado a un aparente callejón sin salida. El Parlamento británico ha rechazado en dos ocasiones los términos del divorcio pactados con Bruselas, pero rehúsa también abandonar la Unión Europea (UE) sin un acuerdo.
A dos semanas para la fecha límite del 29 de marzo, cuando en teoría debe materializarse la ruptura, los diputados votarán este jueves si son partidarios de solicitar una prórroga a los países restantes de la UE, que deberían aprobarla por unanimidad.
Analizamos algunos de las claves para entender lo que puede y lo que no puede pasar ahora con el brexit.
¿Salida sin acuerdo?
A pesar de que los diputados se han pronunciado en contra de una ruptura no negociada, la ley británica y el Tratado de Lisboa continúan marcando el próximo día 29 como la fecha de salida, por lo que la separación se ejecutará en el plazo previsto si antes no se ha aprobado una extensión o bien se ha ratificado un pacto.
Una prórroga tampoco elimina por completo el riesgo de un brexit abrupto, un escenario que según el Banco de Inglaterra puede desencadenar una recesión en el Reino Unido.
Si Londres no ratifica unos términos de salida en los próximos meses, volverá a enfrentarse al mismo dilema.
Además, hay una posibilidad de que la primera ministra, Theresa May, vuelva a intentar ratificar el pacto, que ya ha sido rechazado en dos oportunidades. La moción que se votará hoy jueves fija en el 20 de marzo, un día antes de la próxima cumbre comunitaria, como límite para aprobar el texto.
May ha alertado de que el Reino Unido se podría ver obligado a solicitar una larga extensión a Bruselas si no respalda un pacto. La jefa de Gobierno espera que esa perspectiva haga cambiar de idea a algunos de los diputados euroescépticos que han votado en contra del acuerdo hasta ahora.
¿Cuánto puede durar una prórroga?
May ofrece solicitar una extensión "corta", hasta el 30 de junio, si se ratifica un acuerdo. Ese límite es dos días antes de que se configure el nuevo Parlamento Europeo, lo que permitiría al Reino Unido no concurrir a los comicios comunitarios previstos en mayo.
Esas elecciones erosionarían la imagen del Gobierno, comprometido con cumplir el resultado del referéndum de 2016. También supondrían un problema técnico para la UE, que ya ha repartido entre otros países algunos de los escaños británicos.
La moción que se votará este jueves es enmendable, por lo que los grupos de la cámara podrían tomar el control y modificar los términos del texto presentado por el Ejecutivo.
Si May llega a la cumbre europea de la próxima semana sin un pacto ratificado bajo el brazo, los líderes comunitarios le reclamarán que detalle una hoja de ruta para los meses que duraría una eventual extensión.
Los 27 países restantes de la UE deben aprobar la prórroga por unanimidad, por lo que estarían en condiciones de imponer condiciones al Reino Unido y determinar la longitud de ese plazo.
La posibilidad de un segundo referéndum
El Partido Laborista defiende oficialmente un nuevo plebiscito, aunque todavía no ha dado pasos en esa dirección.
Para que esa propuesta prospere, algunos diputados conservadores deben respaldarla y el líder laborista, Jeremy Corbyn, debería sofocar una posible rebelión de algunos de sus parlamentarios, elegidos por circunscripciones favorables al brexit, que han rechazado hasta ahora una consulta.
May ha sugerido la posibilidad de volver a someter a votación su acuerdo condicionando su ratificación a un nuevo referéndum. Esa opción, ha advertido, acarrearía el riesgo de que el brexit no se llegue a materializar.
En tanto, respecto a las elecciones anticipadas, el Reino Unido se encuentra en una encrucijada, por lo que la mayoría de los candidatos a suceder a May al frente del Gobierno preferirían probablemente tomar el relevo una vez se haya materializado el brexit, cuando podrán liderar las negociaciones sobre la futura relación comercial bilateral.
May ganó una moción de censura en enero, por lo que la aritmética parlamentaria debería variar para que un nuevo intento tenga éxito. Si la primera ministra pierde por completo el apoyo de los euroescépticos de su partido, podrían votar contra ella y favorecer unas elecciones.
La "premier" ha insistido hasta ahora en que no tiene intención de dimitir. Podría, con todo, convocar unos comicios para intentar reforzar su mandato de salir de la UE con un acuerdo. Necesitaría para eso el respaldo de dos tercios del Parlamento.