Cinco personas fueron condenadas por tráfico de armas coordinado desde la cárcel de Alto Hospicio
El principal acusado, que ya estaba preso, logró concretar la venta del armamento con la ayuda de su cónyuge e hijo.
Uno de los compradores fue detenido tras hallar el armamento adosado a su espalda cuando viajaba en un bus hasta Vallenar.
El arma fue vendida en un millón de pesos.
A penas efectivas de seis años y cinco años y un día de presidio fueron condenados los miembros de una banda delictual tras participar en la venta de una subametralladora de fabricación artesanal coordinada desde la cárcel por el líder del grupo.
Con los antecedentes presentados por la fiscal (s) Alejandra Gálvez, se dio por acreditado que en el marco de una investigación relacionada con tráfico de drogas, el acusado, Juan Aróstica Vargas, quien cumplía condena en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Alto Hospicio, se dedicaba desde el interior del penal a la coordinación de tráfico ilícito de estupefacientes y a la infracción de la ley de control de armas, contando desde el exterior con el apoyo de su cónyuge y su hijo.
De esta forma, los días 16 y 17 de mayo del año pasado, tras intervenir el teléfono de Aróstica Vargas se pudo establecer que el líder de la banda negociaba con Esteban Villegas Rodríguez, domiciliado en Vallenar, la venta de una mini Uzi para lo cual este último depositó 200 mil pesos como abono.
Días después fue captada una conversación entre Aróstica Vargas y su cónguye, en la que el acusado le informaba la llegada de Villegas Rodríguez a Iquique, al que debían trasladar hasta su domicilio para mostrarle el armamento y luego llevarlo hasta una residencial en donde debía cancelar el saldo del precio de la venta, 800 mil pesos, lo cual fue concretado.
Armamento al descubierto
Durante la transacción, Villegas Rodríguez fue acompañado en todo momento por el acusado Hernán Reyes Rivera, quien también llegó de Vallenar y retornó ese mismo día hasta dicha ciudad.
Al ser fiscalizado en el bus en el que se dirigía, fue descubierto con el armamento adosado con cinta adhesiva a su espalda, el que contenía además dos cargadores, siete municiones de nueve milímetros y un silenciador. Por esto fue detenido.
Posteriormente se detuvo a los otros acusados y en el domicilio de la cónyuge y el hijo de Aróstica Vargas se encontró la suma de un millón 120 mil pesos en dinero en efectivo, proveniente de la venta del arma.
Terminado el juicio, el Tribunal Oral en lo Penal de Iquique resolvió condenar como autores del delito de tráfico ilícito de arma de fuego prohibida a Juan Aróstica Vargas y Esteban Villegas Rodríguez, por lo que deberán cumplir seis años de presidio. Hernán Reyes Rivera, la cónyuge del coordinador de la venta y el hijo del líder de la organización fueron condenados a cinco años de cárcel.