Las denuncias contra sacerdotes que prevalecieron pese a ser declaradas inadmisibles
Los sobrevivientes de abuso sexual han debido afrontar varios casos donde sus acusaciones han sido primero desestimadas y luego reconocidas como verosímiles.
El último es el del cura Mauro Ojeda, cuyos antecedentes ya fueron enviados al Vaticano.
"Hay un trabajo tremendamente desgastante de las víctimas", señaló un denunciante.
Los sobrevivientes de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica en Chile valoraron que las denuncias contra el sacerdote Mauro Ojeda fueran declaradas verosímiles y enviadas al Vaticano, pese a que en primera instancia, hace seis años, el caso no prosperó.
El párroco tiene dos denuncias. Sin embargo, según el Obispado de Valparaíso -que en esos años estaba a cargo del ex obispo Gonzalo Duarte, también denunciado por abusos sexuales-, las acusaciones no tenían el estándar requerido para avanzar en un proceso contra el religioso.
En la misma diócesis, las denuncias por abuso contra los sacerdotes Jaime da Fonseca y Humberto Henríquez se declararon con verosimilitud, luego de que previamente no hubieran prevalecido.
"Aquí hay un trabajo tremendamente duro, tremendamente desgastante de las víctimas. No es la Iglesia Católica la que ha hecho algo: somos las víctimas las que nos hemos desgastado por que esto no se duerma, porque esto no se calle", enfatizó Sebastián del Río, denunciante de los sacerdotes de Valparaíso.
Casos emblemáticos en el Arzobispado
En tanto, en el Arzobispado de Santiago hay dos casos similares y emblemáticos: los sacerdotes Jorge Laplagne y Diego Ossa fueron indagados en el 2011 y 2012, pero tampoco se determinó verosimilitud. Hoy, en cambio, ambos enfrentan un proceso administrativo penal.
"Muchas veces me preguntan por qué volví a abrir este tema. Uno cuando está en silencio es cómplice, y tengo toda la esperanza de que en esta oportunidad a este sacerdote, por lo menos, lo van a dar de baja", señaló Óscar Osbén, denunciante de Ossa.
La visita del arzobispo de Malta enviado por el Vaticano, Charles Scicluna, fue la que removió la mayoría de estos casos. Para Andrea Idalsoaga, delegada para la verdad del Arzobispado de Santiago, influyó un cambio en las estructuras de la iglesia.
"Tal vez, antes la dificultad era que llegaba a una sola persona y él tenía que tomar las decisiones y tal vez se podía confundir tal vez todo el trabajo. Esta nueva institucionalidad a ayudado a transparentar y hacer más rigurosos todos los procesos", sostuvo Idalsoaga.
"Una verdad histórica"
Uno de los principales problemas que enfrentan las víctimas es que algunos casos se han desestimado debido a que los acusados están muertos, parámetro que debería cambiar luego del precedente que fijó la investigación contra el jesuita Renato Poblete.
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"Pensamos que es muy importante que la comisión chilena también pueda recoger las denuncias contra otros sacerdotes fallecidos, como es el caso Miguel Ortega", enfatizó Jaime Concha, miembro de los denunciantes del caso maristas.
"Nosotros, como denunciantes del caso maristas, vamos a pedir que se abra una investigación de estos sacerdotes fallecidos para que haya una verdad histórica", agregó.
El caso maristas también se encuentra en Roma y los denunciantes se mantienen a la espera de una resolución de la congregación respecto a la decena de religiosos acusados de abusos sexuales.