Congo: El ébola supera los 1.900 muertos y llega a otra provincia

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EFE

El virus se expandió al este del país y ya es la peor epidemia de esta enfermedad que se haya declarado en la nación africana.

Las autoridades, sin embargo, confían en nuevos tratamientos que están siendo testeados y prometer terminar con el brote en "tres o cuatro meses".

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Casi tres mil personas han sufrido el contagio en poco más de un año del brote.

La aparición de dos primeros casos de ébola en la provincia congoleña de Kivu del Sur (este del país) desató este viernes las alarmas en la República Democrática del Congo (RDC), donde hasta ahora esta epidemia se había mantenido en la zona nororiental, con más de 1.900 muertos.

Según informó a Efe el coordinador general de la respuesta contra el brote de ébola, Jean-Jacques Muyembe, los nuevos casos confirmados corresponden con una mujer joven fallecida el 14 de agosto y uno de sus hijos, en quien están centrados ahora los esfuerzos para salvar su vida.

La noticia fue corroborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que detalló que la mujer fallecida y su hijo habían viajado desde la localidad congoleña de Beni -en el epicentro de la epidemia en Kivu del Norte- hasta la zona de Mwenga, situada al suroeste de Bukavu (capital de Kivu del Sur).

Esto convierte a Kivu del Sur en la tercera provincia congoleña afectada por esta epidemia, que hasta ahora estaba confinada en las provincias nororientales de Kivu del Norte e Ituri.

"Tan pronto como se dio la alerta anoche, los equipos de respuesta sobre el terreno se mostraron preparados para dar tratamiento, rastrear los contactos y empezar la vacunación", indicó la agencia de la ONU en su cuenta de la red social Twitter.

Casi tres mil contagiados

Pero pese a las llamadas a la calma de las autoridades sanitarias congoleñas y los buenos resultados de fármacos y vacunas experimentales, la detección de estos dos nuevos casos aumenta la preocupación por una potencial expansión del brote: en algo más de un año, esta epidemia -la décima en la historia de la RDC- suma ya 1.913 muertos de un total de 2.852 contagios, de acuerdo con los últimos datos ofrecidos por la OMS.

Estas cifras la convierten en la peor epidemia de esta enfermedad jamás declarada en el país y en la segunda más grave del mundo, solo superada por la que sufrió África Occidental en 2014-2016, con más de 11.000 fallecidos.

Esta es, además, la primera vez que una epidemia de ébola se concentra en una zona en conflicto como es el noreste del Congo, donde operan más de un centenar de grupos armados, además de bandas de delincuentes comunes.

El miedo y el estigma social que genera el ébola, junto a la desconfianza y el rechazo por parte de la población local hacia su tratamiento, también dificultan su pronta erradicación: desde enero de 2019 se han producido 198 ataques contra centros y equipos de respuesta, que han causado la muerte de 7 personas y han dejado a 58 trabajadores sanitarios y pacientes heridos, según cifras de la OMS a fecha de julio.

Autoridades esperan terminar pronto la epidemia

A pesar de las complicaciones, el doctor Muyembe -uno de los investigadores que descubrió el virus del ébola en el país en 1976 y que desde finales de julio está al frente de la respuesta contra este brote- se muestra confiado de poner fin al mismo "en tres o cuatro meses".

Al respecto, un comité independiente reveló esta semana que dos tratamientos experimentales (desarrollados por laboratorios estadounidenses) testados en Kivu del Norte e Ituri desde el pasado noviembre han demostrado una tasa de supervivencia del 90 por ciento si el paciente es tratado en los primeros días de síntomas.

"El ébola ya no es sinónimo de muerte", afirmó Muyembe en relación a los fármacos mAb114 y REGN-EB3, cuyo análisis final será efectuado a finales de septiembre o principios de octubre.

Sin embargo, el contexto de esta epidemia es mucho más complicado y para erradicarla se requieren también esfuerzos sociales y sanitarios de prevención, concienciación y seguimiento, considerando también que los casos en Kivu del Sur son, de hecho, un ejemplo de la relativa facilidad con la que el brote podría seguir expandiéndose a otras provincias o países limítrofes, como sucedió en la epidemia de 2014 en Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia.

El ébola no se transmite por el aire, sino a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales de una persona ya contagiada, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento si no se recibe tratamiento a tiempo.