Chileno fue declarado culpable de homicidio por jurado español
Rodrigo Lanza ya fue condenado a 5 años tras agredir a un agente de la guardia Urbana en 2006.
El acusado mató a la víctima tras discutir con ella en un bar por temas ideológicos.
Un jurado popular español declaró este viernes culpable a Rodrigo Lanza, nacido en Chile y residente en España, por homicidio imprudente contra un hombre de 54 años identificado como Víctor Laínez.
Lanza, nieto del almirante golpista chileno Sergio Huidobro y considerado un activista antisistema, mató a la víctima tras discutir con ella en un bar porque llevaba unos tirantes con la bandera de España, una manera de vestir que en este país se identifica frecuentemente con las personas de ideología derechista.
En el veredicto, emitido este viernes en Zaragoza, el jurado considera que el acusado se abalanzó por la espalda sobre Laínez y que, por tanto, éste no pudo defenderse, y aprecian, además, que hubo un ensañamiento contra la víctima cuando ésta estaba tumbada en el suelo.
Los hechos ocurrieron el 8 diciembre de 2017 en un bar de la ciudad de Zaragoza y la víctima murió en un hospital cuatro días después.
El Ministerio Público acusaba a Lanza de asesinato con alevosía, ensañamiento y motivos ideológicos, al considerar que se acercó porque le gritó "fascista" por llevar esos tirantes y, tras darle un fuerte golpe en la nuca que lo derribó, en el suelo le dio puñetazos y patadas en el rostro.
Tras conocer el veredicto, el fiscal, la acusación particular y la civil, solicitaron una pena de 12 años, mientras que la defensa solicita la inmediata puesta en libertad de Rodrigo Lanza. La condena se conocerá la próxima semana.
Ya fue condenado por otro delito
Lanza ya fue condenado a cinco años de prisión y una indemnización de 1.180.000 euros por agredir con una piedra a un agente de la guardia Urbana de Barcelona en 2006 a quien le causó lesiones cerebrales irreversibles, tras un enfrentamientos de los agentes y un grupo de "okupas" en la capital catalana.
Siempre mantuvo que él y los otros jóvenes condenados fueron víctimas de un montaje policial y ese juicio recibió el apoyo de algunos partidos y organizaciones humanitarias que presentaron su caso como una injusticia.