Contraloría realiza auditoría a capellanes contratados por Gendarmería
Los religiosos, tanto católicos como evangélicos, reciben millonarios sueldos por parte del Estado, pues están contratados como funcionarios públicos.
La fiscalización apunta al sistema de contratación de los religiosos.
"Las capellanías son espacios relevantes y muy necesarios dentro del trabajo penitenciario", dijo el director nacional de Gendarmería, Christian Alveal.
La Contraloría General de la República realiza una inédita auditoría a la contratación de capellanes, tanto católicos como evangélicos, por parte de Gendarmería.
Según publica La Tercera, la investigación responde a un oficio de la Cámara de Diputados en el que se apunta a la legalidad de los concursos públicos realizados por el organismo para llenar siete cupos de capellán de la Iglesia Católica.
En el oficio, destaca el rotativo, se da cuenta que "existiría una grave situación en relación con los capellanes, tanto de cárceles como de instituciones castrenses".
Gendarmería, que valoró la iniciativa, detalló que existen dos capellanes nacionales, uno católico y uno evangélico, con remuneraciones que fluctúan entre los 2.048.931 y los 2.571.557 mensuales líquidos (Ambos con grado 5 en la Escala Única de Sueldos Contrata).
A lo largo del país, en tanto, existen 19 capellanes evangélicos, con sueldos líquidos entre los 432.554 y 1.634.971 de pesos, y 23 católicos, con 17 de ellos a contrata, que perciben una remuneración que va entre los 645.397 y 1.739.363 pesos. Además hay seis sacerdotes que pertenecen a la planta institucional que reciben entre 861.784 y 1.901.621 pesos mensuales.
"Las capellanías son espacios relevantes y muy necesarios dentro del trabajo penitenciario. No solo cumplen una función espiritual, sino también social, de acompañamiento, en forma individual y con programas concretos que significan un enorme aporte a la reinserción y clima de los penales", afirmó el director de Gendarmería, Christian Alveal.
En este escenario, La Tercera también destacó las discusiones internas de los capellanes católicos que protestaron ante el nuevo sistema de trabajo propuesto por la Iglesia Católica, con más horas de trabajo dentro de los penales que fuera.