De cara a los comicios de marzo, Netanyahu logró clara victoria en las internas de su partido
El primer ministro israelí revalidó el liderazgo en el derechista Likud con el 72 por ciento de los votos.
El mandatario, que busca la reelección, está acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, revalidó este jueves el liderazgo en su partido derechista Likud con el 72 por ciento de los votos, frente a su rival Guideon Saar que no superó el 30 por ciento.
Netanyahu proclamó su victoria antes del recuento final en el que más de 41.792 votantes optaron por su candidatura pese a estar acusado de corrupción, frente a los 15.885 de Saar, lo que le lleva automáticamente a encabezar la lista electoral del Likud en las próximas elecciones del 2 de marzo.
"Con la ayuda de Dios y la vuestra, llevaré el Likud a una gran victoria en las próximas elecciones y continuaré dirigiendo el Estado de Israel a logros sin precedentes", declaró Netanyahu durante el recuento, una hora después de que cerraron las urnas a las 23.00 (21.00 GMT) del jueves.
Poco después, Saar aceptó la derrota con el 27,5 por ciento del apoyo y adelantó que cerrará filas con Netanyahu de cara a los comicios de marzo.
"Estoy contento con la decisión que he tomado. Fue la correcta. Aquellos que no están dispuestos a arriesgarse por lo que creen, nunca tendrán éxito", dijo sobre su desafío a quien lleva liderando el partido más de una década.
El actual jefe de Gobierno en funciones, que ganó sus últimas primarias en 2014, se enfrentó este jueves por primera vez a un rival que presionó para esta convocatoria y ha generado una corriente interna de disensión.
Nentayahu se presentaba aparentemente tocado, después de no haber conseguido formar Ejecutivo tras las elecciones de abril y septiembre y estando acusado de cohecho, fraude y abuso de confianza.
Pero finalmente se ha impuesto con una amplia mayoría del casi 50por ciento de los 116.048 militantes del Likud que este jueves acudieron a votar.
Aunque su situación legal no garantiza que pueda revalidar también su cargo de primer ministro, ya que no está claro si un acusado puede recibir el mandato para formar gobierno, una duda sobre la que se pronunciarán la próxima semana el Tribunal Supremo y el fiscal general del Estado.