Hamás urgió a vengar el asesinato de Soleimaní durante su funeral en Teherán
"EE.UU. no va a debilitar al frente de la Resistencia (...) El día de la victoria está cerca", aseguró el jefe político del movimiento palestino ante cientos de miles de personas.
El comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní fue asesinado en un bombardeo estadounidense en Bagdad.
El jefe político del movimiento palestino Hamás, Ismail Haniyeh, urgió este lunes a la unión para "castigar" a los que están detrás del asesinato del comandante iraní Qasem Soleimaní, durante su multitudinario funeral en Teherán.
La presencia de Haniyeh en el funeral de Soleimaní demuestra la importancia de este general iraní para el llamado Eje de la Resistencia contra Estados Unidos e Israel, liderado por Irán e integrado principalmente por el régimen sirio, el grupo libanés Hizbulá y Hamás.
"Estados Unidos no va a debilitar al frente de la Resistencia (...) El día de la victoria está cerca", subrayó el jefe político de Hamás en un discurso recogido por la televisión estatal.
Haniyeh destacó los "grandes sacrificios" realizados por Soleimaní para proteger Palestina y aseguró que los palestinos continuarán su legado.
También señaló que el asesinato de Soleimaní en un bombardeo selectivo estadounidense en Bagdad el pasado viernes revela la "naturaleza brutal" de EEUU.
En su alocución, Haniyeh calificó a Soleimaní de "mártir de Al Quds (Jerusalén)", "valiente comandante" y "querido hermano", expresando sus condolencias al pueblo iraní.
Cientos de miles de personas se congregaron hoy en el centro de Teherán para rendir tributo al comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní entre gritos de "Muerte a EEUU".
El líder supremo iraní, Alí Jameneí, es el encargado de dirigir un rezo multitudinario en honor a Soleimaní, al que asisten también los jefes de los poderes ejecutivo, judicial y legislativo, miembros del gobierno, diputados y altos comandantes militares.
Las autoridades iraníes han prometido vengar su muerte y consideran que el asesinato marca un punto de inflexión y llevará a la retirada de las tropas estadounidenses de la región, aunque Washington comenzó a enviar cientos de soldados más.