Crimen de Aylin Fuentes: A un año del hallazgo, su familia espera "una sentencia ejemplar"
El cuerpo de la joven fue encontrado el 6 de enero del 2019, semidesnudo en el Río Claro de Talca.
El juicio recién terminado declaró culpables de homicidio calificado a los ocho imputados, y las penas se conocerán el 17 de enero.
Carolina y Víctor González recordaron hoy el día en que la joven fue encontrada muerta en el Río Claro de Talca.
Hace justo un año, el 6 de enero del 2019, fue encontrado el cuerpo de Aylin Fuentes, la joven de 18 años que fue asesinada el 26 de diciembre del 2018 en el Río Claro de Talca.
Cerca de un año de investigación y un mes de juicio -que finalizó el pasado 30 de enero-, determinó la culpabilidad de los ocho imputados por homicidio calificado, cuatro menores entre ellos, los que serán sentenciados el próximo 17 de enero.
Carolina y Víctor, hermanos de Aylin, recordaron el día en que encontraron a la joven maniatada, semidesnuda y flotando en las aguas del río, víctima de un ajuste de cuentas vinculado al tráfico y consumo de drogas.
"Es un día triste para todos en la familia, fue muy doloroso todo. Esperamos que sea una sentencia ejemplificadora", dijo Carolina González.
"Estamos un poco más tranquilos por el veredicto que declaró culpables a los que mataron a mi hermana, pero fue un fin de año muy triste, se notó más que nunca la ausencia de la 'negrita'; así le decíamos", agregó la hermana mayor de Aylin.
"Pasamos el Año Nuevo en el cementerio"
Su hermano Víctor también rememoró "que fue terrible saber que era ella a quien habían encontrado en el río".
"También espero sea una sentencia ejemplar, para evitar que a otras niñas les pase lo mismo que a mi hermana", dijo el joven, que contó que durante los últimos 12 meses "ha sido muy difícil".
"Pasamos con ella el Año Nuevo en el cementerio, todos juntos como familia", relató.
El veredicto culpó a Fabián Jofré como autor inductor del homicidio calificado de Aylin Fuentes, a Segundo Rosales como coautor junto a otros cuatro menores, además de Ítalo Molina y María José Campos como encubridores.