Profesor imputado por daños en el Metro: "No debí haber hecho eso nunca, pero me dejé llevar"
Roberto Campos cumple arresto domiciliario nocturno tras pasar casi dos meses al interior de la Cárcel de Alta Seguridad.
"No pensé, actué irracionalmente", aseveró el docente a CHV.
Roberto Campos, el profesor que pasó 56 días en prisión preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) tras haber sido imputado por daños en la estación del Metro San Joaquín, expresó su arrepentimiento por sus actos.
El pasado 23 de diciembre, Campos salió de prisión luego de que la Corte de Apelaciones de San Miguel revocase por unanimidad la medida cautelar privativa de libertad impuesta en su contra por el 12° Juzgado de Garantía, aunque la Ley de Seguridad del Estado sigue presente en su proceso judicial.
Desde entonces, Campos debe cumplir con arresto domiciliario nocturno, firma semanal y la prohibición de acercarse a cualquiera de las 136 estaciones del Metro de Santiago.
El delito que le imputa el Ministerio Público es el de daños calificados.
Las penas parten en 541 días de presidio, pero frente a la aplicación de Ley de Seguridad del Estado, esta pena parte en tres años y medio.
Con un título de estadístico, licenciado en Matemáticas de la Universidad Católica, Campos dicta clases particulares para ganarse la vida.
"El torniquete ya estaba roto cuando le pegué", dijo el docente en entrevista con CHV Noticias, explicando cómo en los videos que registraron su actuar se aprecia que la lámina que utilizó para golpar el dispositivo era de un material de débil consistencia.
Campos explicó que "sentía rabia por las injusticias sociales, porque ser profesor no es fácil (...) No tengo cubiertos mis derechos sociales básicos, la salud por ejemplo. Y todo lo que ha sucedido a lo largo de la historia con los profesores, la deuda histórica, que posiblemente cuando jubile voy a ganar el sueldo mínimo y fueron todas esas injusticias que en ese momento me obnubilaron y le pegué al Metro, le pegué al torniquete".
"No pensé, actué irracionalmente", aseveró, agregando que "yo no debí haber hecho eso nunca, pero me dejé llevar, porque en ese momento la efervescencia, la euforia de todo el público que estaba ahí, me uní, le pudo haber pasado a cualquiera".