Prueba genética permitió identificar finalmente al "violador de la funda de almohada"

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EFE

Robert Koehler, de 60 años, fue acusado de ser un violador serial que siempre se escabulló.

Los investigadores del caso del "violador de la funda de almohada", que en la década de los años 80 abusó sexualmente a más de 40 mujeres en Florida (EE.UU.), confirmaron este jueves que su ADN lo vincula con al menos 25 violaciones.

Robert Koehler, de 60 años, fue arrestado el sábado en el condado Brevard y luego trasladado al condado Miami-Dade, donde enfrenta un cargo de "asalto agravado" que data de junio de 1980, según confirmó EFE en los archivos judiciales.

Las autoridades anunciaron que las nuevas pruebas de ADN, realizadas exhaustivamente durante la noche pasada, lo vincularon con 25 violaciones desde principios de la década de 1980.

Los investigadores encontraron en la vivienda de Koehler algo parecido a una "mazmorra en construcción", anunciaron la creación de una línea telefónica directa para las posibles víctimas de este electricista y operario de mantenimiento.

Dentro de la habitación de Koehler había varias cajas fuertes. Una contenía una lima de uñas de metal con un "extremo afilado y puntiagudo envuelto en una cubierta protectora, posiblemente un recuerdo utilizado en ataques décadas antes", detalló la fiscal de Miami-Dade, Laura Adams.

El diario Miami Herald indicó que el grueso de los ataques del "depredador sexual" ocurrieron entre 1981 y 1986 y obligaron a la creación de un cuerpo policial especial para dar con su paradero que después se desintegró tras fracasar.

El "violador de la funda de almohada", del que solo se detectó que tenía un raro subgrupo de sangre tipo O, logró escabullirse gracias a que casi siempre cubrió su rostro con una funda de almohada.

Solo había hasta ahora el retrato hablado hecho con la descripción de la que se presume fue su última víctima, que lo convenció de descubrir su rostro.

El violador escogía según los reportes de la época a mujeres jóvenes, atractivas y profesionales que vivían en vecindarios de clase media alta, amenazándolas con cuchillos.