Greenpeace y otras ONG piden que la Comisión Europea recomiende comer menos carne
Las ONG apuntaron a que el plan "De la Granja a la Mesa" no plantea la insostenibilidad de actuales sistemas europeos de cría de animales.
Un grupo de organizaciones ecologistas que incluye a Greenpeace y a Amigos de la Tierra pidió este martes a la Comisión Europea (CE) que recomiende comer "menos y mejor carne, leche y huevos", en la estrategia que Bruselas prepara en favor de una agricultura y una pesca más sostenibles.
"Nos alarma que una cuestión clave esté ausente en las comunicaciones de la Comisión sobre la estrategia 'De la Granja a la Mesa': la insostenibilidad de una buena parte de los actuales sistemas europeos de cría de animales y la sobreproducción de carne, lácteos y huevos", dicen los ecologistas en una carta enviada este martes a Bruselas.
Los firmantes, que incluyen también, entre otros, al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y a Birdlife, piden a la Comisión Europea que "desarrolle, como parte de la estrategia, un plan de acción destinado a un menor y mejor consumo y producción de carne, lácteos y huevos en la UE, lejos de la producción industrial".
Defienden que ese futuro plan de acción debe establecer "objetivos vinculantes" y un conjunto de medidas para "reducir la producción industrial de animales, apoyar una mejor cría y crear entornos alimentarios que favorezcan unas dietas más sanas, a base de vegetales.
Para estas organizaciones, la omisión de la referencia al menor consumo y mejor producción de la carne "pone en riesgo la credibilidad y viabilidad" de la estrategia destinada a hacer los alimentos europeos "un estándar global de sostenibilidad".
Bases científicas
La carta apunta a los datos científicos para denunciar el impacto de la producción animal industrial sobre el medio ambiente, la salud humana, el bienestar animal y las comunidades rurales.
En contraste con el modelo industrial, las organizaciones ecologistas abogan por "los sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles (...) que también tienen un mayor potencial para el bienestar animal".
La agricultura sostenible, argumentan, atraviesa dificultades económicas y necesita apoyo, frente a "algunas corporaciones internacionales" que consolidan el control sobre los precios y la producción de la carne.
"Dada la urgencia de la crisis climática y ecológica y las crecientes preocupaciones de salud, los cambios en nuestro sistema alimentario no pueden dejarse solo a elección del consumidor", señalan los firmantes.