Brasil registró más de mil muertes por Covid-19 por cuarto día consecutivo
El país alcanzó un total de 35.026 fallecidos desde el inicio de la pandemia del coronavirus.
Pese a esto, gobiernos municipales pusieron en marcha esta semana procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica.
Jair Bolsonaro es uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia.
Brasil registró este viernes 1.005 nuevas muertes por Covid-19 en las últimas 24 horas, con lo que completó cuatro días seguidos con más de mil víctimas diarias, en tanto que el total de fallecidos ascendió a 35.026, informaron este sábado fuentes oficiales.
Según el boletín divulgado por el Ministerio de Salud, el número de muertes diarias finalmente cedió tras tres días de récords consecutivos (1.262 fallecimientos el martes, 1.349 el miércoles y 1.473 el jueves), pero se mantuvo por encima del millar.
Con más de 35 mil muertes transcurridos 101 días desde que registró el primer contagio, Brasil desplazó el jueves a Italia del tercer lugar en la lista de países con más decesos y ahora sólo tiene menos fallecidos que Estados Unidos y el Reino Unido.
De acuerdo con el boletín del Ministerio, en las últimas 24 horas se registraron 30.830 nuevos casos de la enfermedad, ligeramente por debajo de los 30.925 nuevos contagios de la víspera, con lo que el número acumulado de casos ascendió hasta 645 mil 771.
Ese número ubicó a Brasil como el segundo país con más casos en el mundo después de Estados Unidos (1.894.753).
En las últimas 24 horas, 11 mil 977 pacientes se recuperaron, con lo que el total de los que recibió alta llegó a 266 mil 940, que representan cerca del 41 por ciento del total de contagiados.
PROCESOS DE DESESCALADA
Las elevadas cifras de casos y muertos se producen en momentos en que varios Gobiernos regionales y municipales de Brasil pusieron en marcha esta semana procesos graduales de desescalada de las medidas de paralización económica y comenzaron a flexibilizar las orientaciones de distanciamiento social.
La flexibilización es criticada por especialistas y científicos, que consideran que el país aún está lejos del peak de la curva de contagios, lo que está previsto para julio, y que en algunas regiones la infraestructura hospitalaria aún puede colapsar.
La desescalada es presionada por el presidente Jair Bolsonaro, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, que llegó a calificar el coronavirus como una "gripecita" y que desde el comienzo de la crisis defiende el fin de las medidas de distanciamiento impuestas por los Gobiernos regionales y la normalización de todas las actividades.