Amnistía Internacional lanzó campaña para exigir justicia por Gustavo Gatica
Bajo el lema "¿Quién disparó a Gatica?", la ONG instó a la Fiscalía a incluir en la indagatoria la línea de mando de Carabineros.
Gatica quedó ciego tras recibir en sus ojos perdigones disparados por Carabineros.
La ONG Amnistía Internacional exigió este jueves justicia en el caso de Gustavo Gatica, el joven que se convirtió en el primer manifestante en quedar completamente ciego tras recibir disparos de balines en sus ojos durante las protestas que estallaron en Chile en octubre pasado, hace justo ocho meses.
Bajo el lema "¿Quién disparó a Gatica?", la organización lanzó una campaña global para pedir a la Fiscalía chilena que continúe con la investigación e incluya además a toda la línea de mando del cuerpo policial de Carabineros.
"Inicialmente el sumario de Carabineros concluyó que no se puede identificar a los responsables pero, según consta en la investigación de la Fiscalía, los balines que le extrajeron a Gustavo coinciden con la munición que utiliza Carabineros", explicó la directora ejecutiva de la ONG en Chile, Ana Piquer.
Esta munición, apuntó, "fue utilizada de forma indiscriminada y desmedida durante las protestas violando normas internacionales sobre el uso de la fuerza por parte de la autoridad"
El joven, de 21 años y estudiante de psicología, fue impactado con dos perdigones en su cara el pasado 8 de noviembre y, tras pasar 17 días ingresado en un hospital de la capital, los médicos anunciaron que no se podía hacer nada por sus ojos.
Su caso dio la vuelta al mundo y provocó encendidas críticas de diversos organismos internacionales, entre ellos la ONU y la propia AI, que denunciaron el elevado número de mutilados oculares durante la dispersión de las protestas y acusaron a las fuerzas de seguridad de graves violaciones a los derechos humanos.
"EPIDEMIA DE MUTILACIONES OCULARES"
Según el independiente Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 460 personas resultaron con lesiones oculares, de las que dos se quedaron ciegas y 35 sufrieron pérdida total de uno de los ojos.
La Sociedad Chilena de Oftalmología llegó a hablar de una "epidemia" de mutilaciones oculares inédita en el país.
"Amnistía Internacional hace un llamado para que se esclarezca la responsabilidad no sólo respecto de los perpetradores directos del ataque, sino también de aquellos altos mandos cuya omisión y falta de control de las fuerzas bajo su mando, propiciaron que se produjeran violaciones a los derechos humanos", agregó la directiva.
Además de Gatica, la otra persona que perdió la vista es Fabiola Campillai, una mujer de 36 años que recibió el impacto de una bomba de gas lacrimógeno a finales de noviembre cuando esperaba el autobús para dirigirse al turno de noche de su trabajo en Santiago.
Pese a que en un principio el Gobierno chileno habló de "accidentes aislados", en noviembre y ante la innegable avalancha de casos, lanzó un plan de ayuda de reparación ocular que las víctimas califican de "insuficiente".