Putin sale a escena para ganar el plebiscito que le permitiría seguir en el poder en 2024
Pese a la pandemia, el proceso tendrá lugar el próximo 1 de julio.
Los sondeos dan la victoria al "sí".
El presidente ruso, Vladímir Putin, entró ayer, martes, en plena campaña para lograr la victoria del "sí" en el plebiscito constitucional del próximo 1 de julio, del que depende su permanencia en el poder después de 2024.
Las medidas adoptadas al comienzo de la pandemia del coronavirus permitieron "salvar decenas de miles de vidas", aseguró Putin en un discurso televisado a la nación.
PANDEMIA ELECTORAL
En un claro acto de corte electoral, Putin hizo una encendida defensa de la gestión ante la Covid-19 e intentó ahuyentar los temores a un contagio durante la votación, que se celebrará cuando aún están prohibidos los actos públicos en gran parte del país y algunas regiones aún no han logrado superar el peak de la epidemia.
"La epidemia aún no ha terminado, aún tendremos que aplastar y rematar esta plaga, pero la vida sigue y vuelve a su cauce natural y a la normalidad", subrayó.
Y es que el principal rival de la reforma constitucional es precisamente el coronavirus y el descontento popular provocado por el aumento del paro, la caída del poder adquisitivo y el confinamiento.
El Tribunal Constitucional se negó esta semana a tramitar una tercera demanda interpuesta contra Putin por su decisión de convocar el plebiscito cuando Rusia aún no ha superado la amenaza de la Covid-19, lo que los demandantes consideran un "crimen".
"No fue fácil para nadie. Pero desde el principio de la epidemia hicimos una elección, decidimos que en primer plano debe estar el hombre, su vida, su salud y su bienestar. Que lo importante es salvar a la gente y lo demás ya se arreglará", subrayó el jefe de Estado.
PROMESAS CONTRA EL DESCONTENTO
Además de las críticas por la manipulación de los índices de mortalidad, Putin fue objeto de denuncias por acelerar el desconfinamiento, dar prioridad a la economía sobre la salud pública y convocar tanto la parada militar de hoy en la Plaza Roja como el plebiscito del 1 de julio.
Todos los analistas coinciden al afirmar que el motivo de las prisas es que el resultado del plebiscito podría ser diferente si se celebrara después del verano.
Por ello, en su alocución de hoy Putin adelantó algunas medidas sociales dirigidas principalmente a las familias numerosas, los sanitarios, los parados y las pequeñas y medianas empresas.
Prometió un nuevo pago en julio de 10.000 rublos (119.000 pesos chilenos) por cada niño menor de 16 años, la prolongación del pago suplementario a los trabajadores sociales hasta el 15 de septiembre, hipotecas con bajos intereses y una drástica reducción de la carga impositiva sobre ingresos para las compañías tecnológicas.
Además, propuso aumentar los impuestos a los más ricos, es decir a los que ganan más de 5 millones de rublos al año (60 millones de pesos).
SONDEOS DAN LA VICTORIA AL "SÍ"
Con respecto a la reforma constitucional, Putin recordó que las enmiendas como la que le permitirá presentarse a la reelección en 2024 "sólo" entrarán en vigor si son apoyadas por los rusos, es decir, por más del 50 por ciento de los votantes.
Y, en la ocasión en que estuvo más cerca de pedir el voto a favor de la reforma, subrayó que "la voluntad popular" es "crucial" para garantizar un desarrollo seguro de Rusia "durante las próximas décadas".
Los sondeos dan la victoria al "sí". Según el Centro de Estudios de la Opinión Pública (VtsIOM), dependiente del gobierno, entre un 67 por ciento y un 71 por ciento de los rusos apoya las enmiendas, mientras que entre un 28 por ciento y un 32 por ciento las rechaza.
En cuanto a la participación, asegura que más de dos tercios del electorado está dispuesto a acudir a las urnas el miércoles de la próxima semana, jornada que ha sido declarada festiva por el Kremlin.
Mientras, el independiente Centro Levada estima en un 44 por ciento a los partidarios del "sí" y en un 32 por ciento a los del "no", aunque en otra encuesta paralela sólo un 25 por ciento respaldaría las enmiendas si hubiera una propuesta alternativa a la de Putin.
DENUNCIAS DE JUEGO SUCIO
En las últimas semanas las denuncias por parte de la prensa y la oposición de juego sucio han ido en aumento. Los comunistas, el único partido con representación parlamentaria que se opone a la reforma, se dirigió a la Fiscalía para que investigue el programa de la Alcaldía de Moscú "Un millón de premios".
En virtud de ese programa, cada votante en Moscú recibirá un bono de entre 1.000 y 4.000 rublos (12.000 y 48.000 pesos), que podrá gastar en un supermercado, restaurante o cine de la capital.
En otras ciudades de Rusia, coincidiendo con la jornada electoral, se celebrarán concursos en los que el votante podrá ganar desde un apartamento hasta un automóvil o un teléfono móvil.
El canal Dozhd denunció también que a los moscovitas les están ofreciendo dinero para registrar cuentas falsas para el voto electrónico -a un dólar por cuenta- en la plataforma gubernamental mos.ru y votar a favor de la reforma.
La noticia, que precisaba que la mayoría de los registrados eran pensionistas, fue rechazada por el portavoz del Kremlin, pero la Policía informó de que ha abierto una investigación al respecto.
Según la prensa rusa, los organismos estatales estarían obligando además a sus empleados a hacer campaña a favor del sí y algunos habrían recibido advertencias de despido en caso de rechazar las enmiendas, mientras ciertas empresas habrían recibido notificaciones oficiales para promover el voto entre sus trabajadores.