Medallista panamericana de Bikini Fitness combate el Covid-19 como enfermera en Iquique
Macarena Figueroa se desempeña como enfermera en la atención primaria de salud.
"Ha sido todo un desafío", dijo la fisicoculturista.
De las altas competencias a los consultorios de la ciudad de Iquique, ese fue el drástico cambio que tuvo que experimentar Macarena Figueroa, la actual medallista de bronce en la categoría Bikini Fitness que dejó la última versión de los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Y es que la cuatro veces campeona nacional de la disciplina es enfermera, y desde que comenzó la pandemia debió colgar el bikini y dedicarse por completo a su otra vocación.
"Me estaba desempeñando en el Cesfam Videla en el trabajo en terreno, haciendo puerta a puerta y vacunando a domicilio. Hoy estoy en el Cesfam Aguirre haciendo la campaña de vacunación pero a nivel escolar. Trabajar con pacientes Covid también da miedo, un miedo interior que uno tiene que disimular cuando se está frente a la persona, porque además de profesionales somos personas, pero ha sido todo un desafío porque he tenido muchos cambios también", señaló.
Entrenamientos y alimentación
Hasta antes de la pandemia, la deportista se preparaba para el próximo selectivo sudamericano que tendría fecha en agosto, sin embargo, la emergencia sanitaria lo cambió todo, incluso, su estricto régimen de entrenamiento.
"Me encontraba en plena preparación cuando empezó la pandemia y todo lo tuve que dejar en pausa, reinventarme y entrenar de forma distinta. He tenido que impovisar en la casa, en todo caso, sigo haciendo mis entreamiento como todos los días. Yo entreno de lunes a sábado y también me contacto con mis entrenadores vía online", indicó.
Agregó además lo difícil que ha sido debido a la "implementación porque nosotros estamos acostumbrados a levantar cargas muy pesadas, distintos efoques, las máquinas del gimnasio nos dan distintos estímulos, entonces de pasar entrenar así, a entrenar en la casa con elásticos y mancuernas, se ha hecho difícil pero tampoco imposible".
La alimentación tampoco ha sido un tema fácil, ya que ha debido adaptarse a una nueva rutina y poder ingerir sus siete comidas al día.
"Mi deporte conlleva mucho el tema de la nutrición, entonces con las comidas sí ha sido un poco complicado porque paso mucho tiempo en terreno, y en estos tiempos donde hay que estar muy preocupada del tema de la higiene, el lavado de manos, comer en lugares donde todo esté limpio, ha sido complicado pero me he intentado llevar comidas más rápidas. Mis entrenadores me han ayudado en eso porque yo como siete veces en el día, entonces igual se ha hecho bastante difícil", dijo la iquiqueña.
Macarena hoy se mantiene firme, dice que si bien el trabajo, el estrés de no querer contagiar a nadie y no poder ver a su familia son una carga emocional importante, es en este momento cuando realmente se pone a prueba la vocación.