Ex asesor de Trump usó insulto racial contra locutor afroamericano

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"Realmente no tengo ganas de discutir con este negro", fue la frase que soltó Roger Stone en medio de la entrevista.

El presidente de EE.UU. conmutó la pena de cárcel de su amigo, condenado por mentir al Congreso, obstrucción y manipulación de testigos en el caso de la "trama rusa".

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Stone era investigado por manipular testigos y obstruir la investigación por la supuesta intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.

Roger Stone, amigo y ex asesor de campaña del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, desató otra controversia este domingo después de llamar "negro" (término considerado despectivo en el país) a un locutor afroamericano en una entrevista.

El sábado por la noche, Stone, de 67 años, fue entrevistado por el locutor de radio Morris W.O'Kelly, en el programa Mo'Kelly Show de la emisora KFI 640 AM de Los Ángeles.

La entrevista se basó en la condena de 40 meses que Stone enfrentaba por mentirle al Congreso, manipular testigos y obstruir la investigación por la supuesta intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, y el hecho de que el presidente conmutó la sentencia el pasado 10 de julio.

Stone argumentó que no tuvo un juicio justo. Las declaraciones fueron desafiadas por O'Kelly, quién también sugirió que probablemente se benefició de ser amigo al presidente.

El ex asesor de Trump guardó silencio y luego sonó como si estuviera lejos del teléfono o cubriéndolo cuando dijo: "Realmente no tengo ganas de discutir con este negro".

O'Kelly luego puso en su cuenta de Twitter: "No soy NEGRO de nadie".

El entrevistador recordó que la palabra "negro" era una versión suave de un insulto racial contra la comunidad afroamericana en Estados Unidos.

Según un reporte de la cadena NBC, Stone negó haber hecho el comentario en un comunicado a Christian Broadcasting Network este domingo, alegando que hubo "conversaciones cruzadas" que "confundieron" la entrevista.

Stone fue condenado en febrero pasado después de semanas de luchas internas dentro del Departamento de Justicia, y de que el fiscal general de EE.UU., William Barr, emitiera una recomendación en la que instaba a rebajar la petición inicial de castigo.

Eso provocó que varios fiscales que llevaban el caso dimitieran y denunciaran presiones de altos cargos del Departamento de Justicia para que trataran al ex asesor de manera "diferente y más indulgente" durante su juicio, debido a su relación con Trump.