Michel Franco, director mexicano: "Quiero que cambie todo"
El hombre tras "Nuevo orden" relató a Cooperativa cómo la cinta termina relatando lo que pasa en Chile, Francia y otras partes del mundo.
Cuando recibió el León de Plata en el Festival de Cine de Venecia 2020 por "Nuevo orden" -una distopía que ahonda en las posibles consecuencias de una sociedad fracturada por las desigualdades-, el director mexicano Michel Franco hizo mención a lo cercana que se sentía ahora la historia que empezó a escribir seis años atrás, a raíz de lo que se vivía en Francia, Colombia, Estados Unidos y también Chile.
Después de su triunfo en Venecia -donde también se alzó con el Gran Premio del Jurado-, Franco viajó al País Vasco para participar en el Festival de Cine de San Sebastián como miembro del jurado oficial, y además presentar su premiado largometraje en la sección Perlak.
"Se valora estar en una sala viendo películas, pero más después del encierro de la cuarentena", comenta el realizador en conversación con Cooperativa.
Aunque insiste en que "parece una fantasía poder juntarse en una sala, aunque esté a la mitad de capacidad", Franco no se muestra necesariamente optimista sobre el futuro post pandemia: "Creo que había que encerrarse y ponerse el tapabocas y creo que las medidas que se han tomado son las correctas, pero tampoco soy ingenuo y estoy convencido de que mucho del control que han ganado los gobiernos no lo van a soltar. Me preocupa mucho la militarización".
Precisamente la tensión entre ciudadanía, políticos y fuerzas de orden público constituye uno de los ejes centrales de "Nuevo orden", donde la fiesta de matrimonio de una pareja adinerada toma un curso inesperado cuando estalla una revuelta social que da paso a un violento golpe de Estado.
Diego Bonetta, Naian González Norvind, Mónica del Carmen y Darío Yazbek encabezan el elenco.
"Hice la película para invitar a la reflexión, no a la polémica", apunta Franco.
"Creo que el cine puede aportar mucho al diálogo sobre los temas centrales de nuestra sociedad y ayudarnos a entender mejor qué estamos haciendo mal", reflexiona el director, quien sigue cosechando excelentes críticas con su producción más ambiciosa a la fecha.
- Estabas terminando "Nuevo orden" cuando ocurrió el estallido social en Chile. ¿Tuviste miedo de haber vaticinado lo que podía pasar?
No, fue simplemente una confirmación más de que hacía falta hacer esta película. Yo terminé mi rodaje en mayo y tres semanas después 'Parásitos' recibió la Palma de Oro (en Cannes) y cuatro meses después 'The Joker' (León de Oro en Venecia). Hubo gente que me dijo 'Uy, ya te ganaron'. No me ganaron nada. Que coreanos, americanos y todos en el mundo estén obsesionados con atender la desigualdad a través del cine es obvio. Raro que no se haya hecho más.
Lo sorprendente de Chile fue que todos creíamos ingenuamente en su bienestar (...) mucha gente dice 'pagaron el precio de la dictadura, pero ahora disfrutan de los beneficios', unas máximas fascistas horrorosas. Pero me da gusto que esos pensamientos tan tontos sean cortados de tajo diciendo 'Chile no está bien, la gente no está contenta', y no se trata solamente de si son muy pobres o no, porque pasa lo mismo en Francia, no es porque son muy pobres que salen a la calle, es porque estamos hartos de muchas cosas, lo mismo que Black Lives Matter.
Y es que los políticos dicen '¿Qué, no estás contento? Te voy a dar un poco más'. No quiero un poco más. Quiero que cambie la Constitución. Quiero que cambie todo.