Llegó el día: Tras una tensa campaña, EEUU elige este martes a su próximo presidente entre Trump y Biden
En la víspera ambos aspirantes a a Casa Blanca centraron sus últimos esfuerzos en el puñado de estados clave, que se prevé serán decisivos en los comicios.
El republicano y actual mandatario aferró los discursos finales a su nacionalismo más hostil y se perfiló como antisistema, mientras el demócrata urgió salvar "el alma de la nación".
Los estadounidenses escogen también la composición de gran parte del Congreso, una decena de gobernadores y un buen número de iniciativas populares.
Trump y Biden, con discursos completamente opuestos, sobre todo por la pandemia, se medirán en las urnas el primer martes de noviembre, como es tradición en Estados Unidos.
Hasta que llegó el día: este martes el mundo posará su atención sobre Estados Unidos, donde -luego de meses de dimes y diretes y tensos debates- 250 millones de personas están convocadas a elegir a su próximo presidente entre el actual mandatario, el republicano y siempre incendiario Donald Trump, y el demócrata Joe Biden; en las que serán, tal vez, los comicios "más importantes" de su historia.
Horas antes de que abran los colegios electorales en EE.UU., Trump (74 años) se aferró a su nacionalismo más hostil y se perfiló como la opción antisistema; mientras su rival Biden (77) urgió a los votantes a salvar "el alma de la nación".
Asimismo, en una campaña marcada por la pandemia, el republicano ha apostado por dibujar un sombrío futuro si gana su contendor; mientras el demócrata ha manifestado su hastío contra la "desastrosa" gestión del primero como presidente.
Trump va acompañado en la papeleta por Mike Pence, su actual vicepresidente, y Biden por la senadora Kamala Harris, fórmula que de ganar la convertiría a ella en la primera mujer vicepresidenta de EE.UU.
Trump, que prendió fuego al mundo político del país en 2016, sigue absorto en las llamas, con la esperanza de que el mismo mensaje que le aupó entonces a la Casa Blanca le otorgue ahora una reválida, un segundo mandato sin cambiar de programa y a pesar del desgaste derivado de la pandemia. Y todo ello, también, tratando de establecerse como una figura antisistema, pese a ser el actual mandatario.
"Si no sueno como un político tradicional de Washington es porque no soy un político", aseguró en la víspera.
Biden, por su parte, se ha mostrado como un candidato sensible y moderado, cerró su campaña este lunes en Filadelfia, de gran importancia electoral y contenido simbólico puesto que allí se emplaza la ciudad donde nació (Scranton), pidió que salga a votar porque "mañana podemos poner fin a la Presidencia que dividió a la nación".
A vote for me and the Republican Party is a vote for the American Dream! Over the next four years, we will make America into the Manufacturing Superpower of the World, and we will end our reliance on China once and for all. https://t.co/gsFSghkmdM pic.twitter.com/S7PAIqWd0y
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 3, 2020
Let’s restore honor and decency to the White House.
— Joe Biden (@JoeBiden) November 3, 2020
Los dos aspirantes cerraron sus campañas este lunes mítines en el puñado de estados clave, los llamados "swing states", que se prevé decidirán el resultado de los comicios debido al sistema de democracia indirecta que se define por la cantidad de votos electorales que otorga cada estado.
La elección presidencial en EEUU no resulta del voto directo de los ciudadanos, sino que es el Colegio Electoral, de 538 miembros, distribuidos en proporción a la población de cada estado, el que decanta la victoria de un candidato, en este caso Donald Trump y el demócrata Joe Biden. Para lograr la victoria, por tanto, se necesitan 270.
Hace cuatro años, aunque Trump recibió unos 3,2 millones de votos menos que su rival demócrata Hillary Clinton, el candidato republicano obtuvo la victoria al acaparar más votos en el Colegio Electoral.
BAJO LA SOMBRA DE LA PANDEMIA, LA CRISIS ECONÓMICA Y LAS PROTESTAS
El presidente ha seguido su guión de 2016, ahora desafiando las precauciones relacionadas con la pandemia y dejándose adular por multitudes desbordantes en más de 50 mítines desde junio. Su rival se ha ceñido a las recomendaciones de los expertos, al programar muchos menos actos y evitar cualquier aglomeración entre el público.
Ese contraste ha marcado la dinámica de una campaña sin precedentes, en la que Trump se burlaba de su contrincante por "no salir del sótano" de su casa mientras Biden acusaba al presidente de irresponsable, por programar mítines cuyos asistentes están "lo más amontonados posible, arriesgándose" a contraer Covid-19.
Durante su campaña, desgastado por la cifra astronómica de muertes por coronavirus (231 mil), la peor crisis económica del país desde la Gran Depresión y un movimiento popular contra la injusticia racial, Trump ha sentado las bases para cuestionar el resultado de las elecciones si no lo favorece, lo que podría desatar más violencia y litigios en el país.
TEMOR POR POSIBLE VIOLENCIA
Aquello ha despertado temor en parte de EE.UU., y en concreto Texas, a una posible escalada de violencia en las calles si Biden gana las elecciones, sobre todo en el referido estado sureño, cuya población ha sido tradicionalmente amante de las armas.
Este contexto y el hecho de que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, desplegará tropas de la Guardia Nacional en las grandes ciudades del estado vislumbran un panorama complicado en el día de las elecciones presidenciales y posteriores.
La tensión también se ha vivido durante la campaña. El incidente más reciente lo investiga el FBI, ocurrido el pasado viernes en Texas cuando partidarios del presidente Donald Trump emboscaron violentamente un autobús de la campaña de Biden. Hecho que el mandatario respaldo tuiteando primero "Amo a Texas" y luego que "¡Esa historia es FALSA. No hicieron nada malo!".
En Nueva York también se preparan para eventuales hechos de ese tipo, y el jefe del Departamento de la Policía, Terence Monahan, aseguró que el cuerpo de seguridad está listo para "proteger el derecho a voto" y "para responder a cualquier tipo de incidente" en los días posteriores a las elecciones.
BIDEN, SECUNDADO POR OBAMA EN FLORIDA
En los últimos meses de la campaña el ex presidente Barack Obama se ha desplegado para respaldar la candidatura de quien fuera su vicepresidente, y formulando duras críticas a la gestión de Trump, a quien ha acusado de no tomarse en serio la Presidencia.
El otrora mandatario despidió este lunes en Miami la campaña del aspirante demócrata a la Casa Blanca, en el estratégico estado de Florida, otro de los "swing states", donde llamó a "votar como si la vida dependiera de eso", reafirmando lo dicho ya el mes pasado por su esposa, Michelle Obama.
En Florida, quizás el estado péndulo más relevante por la cantidad de votos electorales que entrega y donde 9 millones de personas ya votaron anticipadamente, el empate de Biden con el mandatario Donald Trump en los sondeos persiste.
Hace poco más de 10 días, Obama compartió con sus seguidores de Twitter su votó por Joe Biden y su candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, y que realizó por medio de correo postal, alternativa que millones de estadounidenses hasta hoy han tomado y que se espera que sigan haciendo en los días restantes debido a la pandemia, modalidad duramente cuestionada por Trump.
NO SÓLO ELIGEN PRESIDENTE
Las votantes estadounidenses escogerán también la composición de gran parte del Congreso, una decena de gobernadores y un buen número de iniciativas populares en varios estados.
Se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes. Actualmente, con mayoría demócrata 237-197. Las encuestas apuntan a una posible ampliación del control de los progresistas. La presidenta de la Cámara, la legisladora Nancy Pelosi, ya anunciado que buscará seguir al frente. Entre las figuras en alza está la joven estrella demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, que se prevé que mantendrá su escaño.
En el Senado el resultado es más incierto y será uno de los elementos más importantes de la noche electoral. Los republicanos controlan la Cámara Alta por un estrecho margen: 53-47. En esta ocasión se renuevan 35 de los 100 senadores. Los demócratas consideran posible arrebatar la mayoría, ya que de 23 de esos 35 están ahora en manos de republicanos, y muchos de ellos enfrentan contiendas disputadas.
El control del Senado es fundamental ya que es donde se confirman los altos cargos del Ejecutivo y los jueces del Tribunal Supremo.
Del total de electores a nivel nacional, 97 millones de estadounidenses ya han acudido a las urnas de manera adelantada, lo que representa más de dos tercios del total de los votos de 2016, de acuerdo con los datos recopilados por U.S. Elections Project de la Universidad de Florida.
Normalmente, los estadounidenses se acuestan tarde el primer martes de noviembre de elecciones, pero conociendo al nuevo presidente. En esta ocasión, sin embargo, la cuestión no parece tan clara. La pandemia ha provocado que se dispare el número de votos por correo y, si el resultado es muy competido, podría tardarse días en conocer el desenlace dado que habría que contar todos esos votos.