Covid-19: Merkel reconoce dureza de segunda ola y poca prevención de Europa

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EFE

"Todavía vivimos con la opinión de que somos los mejores, esto, hoy en día, ya no es así", manifestó la canciller.

 EFE (Archivo)

La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció que las segunda ola de Covid-19 ha sido más duras que las primera, además de que de Europa ha tenido poca prevención de cara a enfrentar un segundo brote.

"Históricamente las segundas olas de una pandemia son frecuentemente las más peligrosas y mucho más duras que las primeras olas. En la primera ola todos caen primero en un estado de conmoción, y en la segunda ola nos creemos que ya sabemos más o menos lo que se puede hacer", dijo.

El invierno será "mucho, mucho más duro" y esto "hay que tenerlo siempre en cuenta", advirtió Merkel en una conversación virtual con estudiantes de diversas universidades de todo el país.

Una pandemia es una "prueba de estrés" para el mundo entero y también para Alemania y un "acontecimiento inusual", señaló.

Nunca antes habíamos vivido algo así en estas dimensiones y "sinceramente, tampoco nos hemos preparado suficientemente", reconoció.

Europa siempre ha observado las pandemias desde la distancia, como algo que ocurre en África o Asia, y aunque se era consciente de que también podía darse en este continente, la idea siempre ha sido "hacer todo lo posible" por evitar que llegará hasta aquí, manifestó.

EUROPA ESTÁ PEOR PREPARADA

"Que ahora en Europa nos ha afectado de pleno y que estamos visiblemente peor preparados que, por ejemplo, los países asiáticos, que en parte ya lo han vivido alguna vez, eso se nota", reconoció.

Respecto al papel de Alemania en Europa y en relación a los acontecimientos a escala global, afirmó: "Todavía vivimos con la opinión de que de alguna manera de todas formas somos los mejores y que en cualquier otro lado siempre nos van algo por detrás".

"Pero esto, hoy en día, ya no es así, y su generación lo va experimentar con mucha dureza", dijo Merkel a los estudiantes.

Por otra parte, la canciller coincidió en la opinión de que la población está menos dispuesta ahora a aceptar el nuevo parón de la vida pública que entrará en vigor mañana y que incluye el cierre de todos los comercios no esenciales y también de los centros educativos.

Afirmó que "es devastador", sobre todo si se tiene en cuenta que la cifra diaria de muertos supera de media los 400.

Algunos argumentan que la edad media de las víctimas mortales es "muy elevada", pero "que mis padres mueran a los 80 o a los 90 hace la diferencia, son diez años de vida que pierde una persona", dijo.