Los birmanos desafían en la calle la represión policial y las detenciones
Protestas masivas se han registrado pese a la violencia policial de la víspera, cuando también fueron detenidas 479 personas acusadas de "protestas contra el Estado".
En tanto, la junta militar destituyó al embajador de Myanmar en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, quien había sido nombrado por el Gobierno derrocado.
Tras golpe de Estado, el Ejército arrestó a los políticos electos, entre ellos la depuesta líder y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
Birmania vive este domingo una jornada de protestas masivas a lo largo del país tras la dura represión y violencia policial de la víspera, cuando fueron detenidas 479 personas acusadas de "protestas contra el Estado".
La Policía, además de detener a cientos de personas, entre ellas periodistas, disparó el sábado contra los manifestantes balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, informó anoche el canal público MRTV, ahora bajo control militar.
Las fuerzas policiales golpearon con brutalidad a algunos de los detenidos y utilizaron tácticas de intimidación contra otros, incluidas una mujer embarazada y una voluntaria de sanidad.
A pesar de la represión de la víspera, miles de birmanos salieron este domingo a las calles en rechazo del golpe de Estado militar del 1 de febrero y para exigir la liberación de los políticos electos detenidos, entre ellos la depuesta líder y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
La Policía en Rangún, antigua capital y ciudad más poblada de Birmania (Myanmar), volvió a responder hoy con dureza con el objetivo de dispersar a la muchedumbre y acallar a la disidencia contra los militares, que levantaron barricadas improvisadas para frenar las acometidas.
En la mañana del domingo al menos dos personas resultaron heridas por los supuestos disparos con munición real efectuados por las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones en Rangún.
Mientras, medios locales informan de una docena de heridos de bala en la ciudad sureña de Dawei, donde al menos una persona ha perdido la vida.
Hasta el sábado, ocho personas habían muerto a raíz de la violencia desatada tras el golpe, tres de ellas por disparos de la Policía, según los datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Birmania, que además indica que desde la asonada 854 personas fueron detenidas, incluidas 83 ya en libertad.
Por su parte, la junta militar, encabezada por el general birmano, Min Aung Hlaing, acusado de genocidio por supuestamente orquestar la campaña de violencia contra la etnia rohinyá en 2017 en el oeste del país, asegura que la Policía utiliza la fuerza mínima contra las manifestaciones.
El diario oficialista The Global New Light of Myanmar publicó este domingo un artículo donde la Policía amenaza con "tomar acciones legales" contra los líderes de las manifestaciones y defiende su propia actuación.
LA JUNTA MILITAR DESTITUYE AL EMBAJADOR BIRMANO EN LA ONU
La televisión pública también anunció anoche la destitución del embajador de Birmania en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, nombrado por el Gobierno derrocado, tras pedir el viernes en un discurso ante la Asamblea General de la ONU medidas contundentes para terminar con el gobierno militar.
Según el canal oficial birmano, Kyaw Moe Tun fue destituido por "traicionar al país" y "abusar de los poderes y responsabilidades" durante su intervención, que terminó con el gesto de alzar tres dedos popularizado entre la oposición a la junta militar.
El relator especial de la ONU para Birmania, Tom Andrews, ensalzó el gesto de "valentía" de Kyaw Moe Tun y pidió, en un mensaje en Twitter, que los demás países actúen contra el gobierno militar.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, en los que observadores internacionales no detectaron ningún amaño y en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
A pesar de la celebración de elecciones y del proceso iniciado en 2011 en Birmania hacia una "democracia disciplinada", como la denomina el Ejército -que gobernó el país con puño de hierro de 1962 a 2011-, el mando castrense mantenía todavía, antes del golpe, un amplio control sobre los aspectos políticos y económicos del país.
TRES MUERTOS EN LA JORNADA DE PROTESTAS
Al menos tres personas murieron producto de la represión policial contra las manifestaciones en rechazo al golpe de estado militar.
En Mandalay, la segunda ciudad más poblada y donde los militares afrontan una gran oposición, uno de los manifestantes murió al recibir un disparo efectuado por los uniformados, mientras el portal Myanmar Now informa de 6 heridos de bala.
Un joven también perdió la vida en las manifestaciones en Rangún, antigua capital del país, tras recibir un disparo efectuado supuestamente por la policía.
En Dawei, en el sur del país, la policía disparó varias rondas de munición real contra la muchedumbre, dejando una docena de heridos y un fallecido.