La pandemia hace más difícil el diagnóstico temprano del autismo
Este 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concientización sobre este trastorno.
"El diagnóstico precoz es fundamental", advierten los especialistas.
Según la American Academy of Pediatrics, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) se presenta en 1 cada 54 niños, y con motivo de la conmemoración este 2 de abril del Día Mundial de la Concientización del Autismo, se resalta el efecto de la pandemia de Covid-19 en la detección temprana de esta condición, que afecta la habilidad del cerebro para desarrollar habilidades sociales y de comunicación.
"El diagnóstico precoz es fundamental. Existe sólida evidencia científica que señala que las intervenciones tempranas, tanto aquellas entregadas por terapeutas específicos como las que se pueden proveer al interior de la familia, resultan en mejor pronóstico de adaptación social y educacional, y en definitiva en mejor calidad de vida de los niños/as y sus familias", explica Marcela Legue, neuróloga infanto juvenil de Clínica Las Condes.
Por ello, agrega la doctora Isabel López, especialista en autismo del recinto médico, es muy relevante que los padres estén atentos a algunos síntomas, para la consulta temprana.
En bebés de 12 meses o menos:
- Falta de respuesta al nombre cuando es llamado
- Falta de contacto visual cuando se lo invita a interactuar
- Ausencia de vocalizaciones con fines comunicativos, por ejemplo, en respuesta a gestos y conversaciones con sus padres o cercanos
- Comportamientos repetitivos o especiales
- Uso especial de objetos durante la exploración: tocarlos o moverlos
Durante el segundo año:
- Que no apunte con el dedo a algo que quiere, o para captar la atención de otra persona sobre un objeto o una situación de su interés (atención conjunta)
- Que no responda o responda poco al refuerzo social: sonrisas, aplausos, invitaciones a interactuar; no atienda a llamados o solicitudes
Desde los 2 años en adelante:
- Ausencia de juego simbólico: hacer como si bebiera de una taza, hablara por teléfono, diera de comer a la muñeca
- No muestra interés en otros niño/as y hermano/as
- No imita gestos o acciones de otros
El derecho a la educación de los estudiantes con autismo
"Aún siguen presentes muchos mitos en relación a las características de estas personas, que son tan diversas como todas y todos quienes formamos parte de la sociedad", comenta José Sepúlveda, jefe del equipo TEA de la Fundación Mis Talentos.
Para el fonoaudiólogo, "si bien hay cada vez más estudiantes del espectro autista insertos en la educación regular, el sistema por sí mismo en muchos casos continúa siendo una barrera para las familias".
Por ello, apunta a que la "presencia e inclusión" de alumnos con TEA en los colegios es un desafío que requiere de "más políticas públicas que permitan cobertura de necesidades".
"La inclusión no debe depender de la voluntad de un centro educativo o de un grupo de personas, ya que actualmente existen orientaciones a partir de normativas formales. Es un proceso que debe mirarse desde una perspectiva de derechos, ya que la educación debe ser accesible y pertinente para todas las personas y no un privilegio al cual se accede dependiendo de la situación económica de cada grupo familiar", enfatiza.
Además, considera que "se hace relevante que los establecimientos puedan considerar dentro de sus prácticas de trabajo colaborativo, las opiniones de las familias y de las propias personas del espectro autista, como sujetos de derecho y como personas activas en sus procesos de aprendizaje, ya que permitirá apoyarlos en su plan de vida y puede ser útil como experiencia para futuros estudiantes".
Pero no sólo la educación es un desafío para las familias con integrantes que tienen TEA, como relata la educadora y magister en Desarrollo Cognitivo Valeska Ananías, directora clínica del Centro Psicoeduka.
"En muchos países, las personas con TEA carecen de acceso a servicios que apoyen, en igualdad de condiciones con los demás, su derecho a la salud, la educación, el empleo y la vida en comunidad. En Chile, aquello ha llevado a que la comunidad proponga el proyecto de Ley de Autismo", recuerda.
Una apoderada del centro -relata- contó "lo difícil que puede ser manejar el cómo reacciona el resto de la población a un niño TEA, ya que, al no ser una condición reconocible físicamente, quienes no están informados tienden a reaccionar desde el desconocimiento, desde el prejuicio, considerando a su hijo como un niño porfiado que está teniendo una pataleta, mientras que realmente está teniendo una crisis emocional o sensorial".
"La discriminación suele ser la regla más que la excepción, y si bien menciona que uno como familiar de un niño con TEA invierte su energía en estar pendiente de su hijo, por si tiene alguna crisis, más que en la reacción de los demás, como madre siente una vergüenza de formar parte de una sociedad que discrimina y no protege ni resguarda a los niños", recapitula.
Lamentablemente, "la ley no resguarda ni permite defender a los niños y niñas de estos episodios, ya que no puede ser tipificado por algo más grave que discusión entre vecinos ni tampoco existió la posibilidad en ampararse ante la Ley Zamudio (...) al no registrar la amenaza ni agresión".