Brasil superó las 400.000 muertes por Covid-19 con los hospitales aún colapsados
Durante los últimos cuatro meses el país ha registrado más decesos a causa del virus que todo el 2020.
Respecto a los contagios, la cifra casi se duplicó en lo que va de este año.
Dentro de las teorías que se barajan por el trágico momento epidemiológico, se apunta a la flexibilización de las restricciones, el cansancio social y la aparición de nuevas variantes más contagiosas.
Brasil superó este jueves la barrera de las 400.000 muertes por Covid-19, con los hospitales aún en una situación "crítica" y bajo el riesgo de sufrir una tercera ola de la pandemia, pese a la tímida desaceleración de las últimas dos semanas.
El país registró su primer fallecido por coronavirus el 12 de marzo de 2020 y en poco más de catorce meses ha llegado a 401.186, casi el 13% del total mundial, cuando Brasil apenas representa un 3% de la población del planeta.
Solo Estados Unidos, con cerca de 570.000 fallecimientos, y Brasil han rebasado esa marca. Lejos quedan México (215.000) e India (205.000), convertido hoy en el mayor foco de Covid-19, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este jueves, el Ministerio de Salud de Brasil notificó 69.389 positivos y 3.001 nuevos decesos por la enfermedad en el último día. Las últimas 100.000 víctimas de la pandemia fallecieron en apenas 36 días.
Una tragedia sin precedentes en la historia reciente del país que preside el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien niega la gravedad del virus y hace campaña contra las medidas sanitarias adoptadas por los gobiernos locales.
CUATRO MESES INFERNALES
La pandemia ha mostrado una fuerza inusitada en Brasil durante los cuatro primeros meses de 2021, periodo durante el cual registró más muertes que las 194.949 que sumó en todo 2020.
Los contagios igualmente casi se duplicaron, de los 7,7 millones con los que cerró el año pasado hasta los 14,6 millones de hoy.
Detrás de esta segunda ola está la circulación de variantes del coronavirus más infecciosas, entre ellas dos de origen brasileño, conocidas como P.1 y P.2; la flexibilización de las restricciones y el cansancio social.
HOSPITALES SIGUEN DESBORDADOS
Aunque el ritmo de infecciones y decesos descendió ligeramente en las últimas dos semanas, los números continúan en cotas elevadísimas.
En los últimos siete días, Brasil reportó de media 60.400 positivos y 2.500 decesos diarios por coronavirus. El máximo diario de muertes lo alcanzó el pasado 8 de abril, cuando llegó a 4.249.
En este marco, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación médica de referencia en Latinoamérica, constató en un informe divulgado el miércoles que los valores pandémicos "todavía siguen en niveles críticos".
Once de los veintisiete estados brasileños presentan tasas de ocupación en sus unidades de cuidados intensivos por encima del 90%. Otros diez tienen índices superiores al 80 %.
Asimismo, la falta de medicamentos, como sedativos o analgésicos, para mantener intubados a los pacientes más graves por covid-19, que ahora son más jóvenes, aún es un problema en algunas regiones del país, lo que llevó al Gobierno a pedir ayuda internacional.
Hasta Sao Paulo, el estado con mejor infraestructura sanitaria del país, estuvo al borde del colapso, aunque ahora la intensidad de la crisis parece haber dado una tregua.
RIESGO DE UNA TERCERA OLA
Las administraciones regionales y municipales han aprovechado esa leve mejoría de las estadísticas para iniciar la flexibilización de las restricciones que impusieron entre marzo y abril.
Según especialistas epidemiológicos consultados por Efe, esa reapertura unida a la alta circulación del virus en el país puede llevar a una tercera ola pandémica entre junio y julio.
"Existe un riesgo de una tercera ola. Estamos en una situación límite", alertó Alexandre Naime, jefe de Infectología de la Universidad Estatal Paulista (Unesp) y consultor de la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI).
"Si la población banaliza las reglas de flexibilización, si no usa máscara y no respeta el distanciamiento, vamos a tener un nuevo pico todavía mayor que el que tuvimos", añadió.
En la misma línea opinó Raquel Stucchi, infectóloga de la Universidad de Campinas.
"Con la nueva flexibilización, si se adoptan medidas que fomenten aglomeración, tendremos una tercera ola en cuatro o seis semanas, seguro", señaló la también consultora de la SBI, quien citó además la lentitud de la campaña de vacunación en el país.
INVESTIGACIÓN POR LA GESTIÓN DE BOLSONARO AVANZA
En el apartado político, la comisión parlamentaria instalada en el Senado para investigar posibles "omisiones" del Gobierno de Bolsonaro en la gestión de la pandemia empieza a tomar sus primeras decisiones.
Sus miembros acordaron este jueves que la próxima semana declaren el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, y sus tres antecesores en el cargo.
Los dos primeros, los médicos Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, salieron del Gobierno el año pasado por serias desavenencias con Bolsonaro sobre el manejo de la emergencia sanitaria.
El mandatario llegó a calificar el Covid-19 de "gripecita" y considera "absurdas" y "cobardes" los confinamientos porque, según él, generan hambre y "matan más que el virus".