Biden amplió la prohibición de inversiones estadounidenses en empresas chinas

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Se trata de 59 compañías vinculadas a los sectores militar y de inteligencia del gigante asiático, entre ellas la tecnológica Huawei.

El veto entrará en vigor el próximo 2 de agosto.

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El gobierno de Estados Unidos amplió este jueves la prohibición a los estadounidenses a invertir en 59 compañías vinculadas a los sectores militar y de inteligencia de China, entre ellas la tecnológica Huawei y las tres mayores compañías de telecomunicaciones del gigante asiático.

El veto, contenido en un decreto del presidente estadounidense, Joe Biden, entrará en vigor el próximo 2 de agosto a las 00.01 horas en la costa este del país norteamericano (23.01 horas de Chile del 1 de agosto), informó la Casa Blanca en un comunicado.

El decreto amplía el alcance de otra orden ejecutiva que firmó el pasado noviembre el expresidente estadounidense Donald Trump, y que vetaba las inversiones del país en una serie de compañías chinas, entre ellas Xioami y Huawei, por supuestamente respaldar los esfuerzos de los aparatos de Inteligencia, militares y de seguridad de Pekín.

La principal diferencia de la orden de Biden está en que no prohíbe las inversiones en Xiaomi, uno de los principales fabricantes globales de teléfonos móviles y el principal competidor en el mercado chino de Huawei.

En febrero, Xiaomi demandó al gobierno de EE.UU. por su inclusión en esa lista negra, y a finales de mayo, un tribunal federal estadounidense dio la razón a la compañía china, lo que forzó al Ejecutivo de Biden a retirarla de su listado de sancionados.

DE 48 A 59 EMPRESAS CHINAS VETADAS

En total, la orden de Biden eleva de 48 a 59 el número de empresas chinas afectadas, al incluir compañías que venden tecnologías de vigilancia o espionaje.

Entre las impactadas están las tres mayores compañías de telecomunicaciones del gigante asiático: China Mobile, China Unicom y China Telecom.

Además, el decreto otorga al Departamento del Tesoro la responsabilidad de la implementación del veto, quitándosela al Pentágono -que lo administraba hasta ahora- para reforzar la base legal de las sanciones.

La Casa Blanca planea ampliar regularmente la lista de empresas chinas afectadas, y dará a los inversores estadounidenses un año, que empezará a contar a partir del 2 de agosto, para desprenderse de sus activos en esas compañías.

El objetivo del veto es asegurar que las inversiones estadounidenses no apoyan al sector de defensa chino, según la Casa Blanca.

También busca impedir que se beneficie a compañías cuyas tecnologías de vigilancia contribuyen, dentro o fuera de China, al espionaje de minorías religiosas o étnicas; o bien facilitan la represión y graves abusos de derechos humanos, ha añadido.

La prohibición promete intensificar el aumento de tensiones con China desde la llegada al poder de Biden, que ha convertido la competición con Pekín en el pilar central de su política exterior y comercial.