Rectora Araya y su historia de "Cenicienta": No quiero dar esperanza, quiero una sociedad justa
La doctora en Ciencias de la Educación se convirtió esta semana en la primera mujer en llegar a cabeza de la UMCE.
Su pasado familiar y su vida, marcados por falta de oportunidades y precariedades económicas, arriesgan convertirla en un símbolo del que ella toma distancia.
"El hecho de que a la gente le cause tanta curiosidad que alguien del origen social que yo tengo llegue a la rectoría es la evidencia palmaria de la injusticia", dijo a Cooperativa.
"Este país no ha cambiado mucho en estos 30 ó 40 años, porque siendo académica de la UMCE, tengo estudiantes que todavía tienen historias parecidas a la mía", dice Elisa Araya.
"Mi vieja vendió helados en la micro mientras iba a la U, cuando nací vivíamos allegados donde mi abuela y como no había plata fuimos declarados indigentes para el parto. Se ganó una beca y trabajó limpiando wc's mientras hacía su PhD. Hoy fue electa como rectora de la UMCE".
Doscientos caracteres son pocos para contar la historia de una vida, pero en tiempos de redes sociales, la brevedad es una virtud que ayuda a llegar a más personas si acompaña un relato poderoso e inspirador como el aquí transcrito.
Decenas de miles de personas han dado "like", desde el miércoles, al tuit de Pablo Sáez, y gracias a él se han enterado de la elección de su madre, Elisa Araya Cortez, como primera mujer en llegar a la rectoría de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE).
Mi vieja vendió helados en la micro mientras iba a la U, cuando nací vivíamos allegados donde mi abuela y como no había plata fuimos declarados indigentes para el parto. Se ganó una beca y trabajó limpiando wc's mientras hacía su PhD. Hoy fue electa como rectora de la UMCE 🖤❤️
— Pablo S. Sáez (@pssaeza) June 2, 2021
Profesora de educación física, psicomotricista y doctora en Ciencias de la Educación, Elisa Araya conversó este viernes con Cooperativa y reflexionó sobre el largo camino que recorrió hasta llegar a la dirección de la casa de estudios. Y si bien reivindica con orgullo su historia personal y familiar, dice que ésta refleja, en el fondo, el drama de la inequidad social, que, pese a los avances del país en las últimas décadas, mantiene aún a miles de jóvenes sumidos en la precariedad y la falta de oportunidades.
"Me han dicho que mi historia da esperanza... Yo no quiero dar esperanza, quiero que la sociedad sea justa", señaló Araya en conversación con Hablando De.
"Mi abuela, aunque fue a la escuela, no aprendió a leer ni escribir, se vino a Santiago y trabajó de empleada. Mi madre alcanzó la escolaridad básica apenas. Después estamos nosotros y logramos ir a la Universidad; dentro de eso yo logro seguir estudiando, me doctoro en el extranjero, en Europa... Suena como Cenicienta, (pero) cuando me pongo a pensar en eso digo: 'Caramba, este país no ha cambiado mucho en estos 30 ó 40 años', porque siendo académica de la UMCE, tengo estudiantes que tienen historias parecidas a la mía, todavía", reflexionó Araya.
"Mi abuela, aunque fue a la escuela, no aprendió a escribir... Yo me doctoré en el extranjero. Suena como Cenicienta. Me han dicho que mi historia da esperanza. Yo no quiero dar esperanza, quiero que la sociedad sea justa"
— paula molina (@paulamolinat) June 4, 2021
Hablamos con Rectora Elisa Araya #CooperativaEnCasa
"El hecho de que a la gente le cause tanta curiosidad que alguien que tiene el origen social que yo tengo llegue a la rectoría es la evidencia palmaria de la injusticia social del sistema educativo y del modelo económico, en general, que hemos construido", plantea.
"El mérito funcionaría si todos partiéramos en una línea cero con las mismas condiciones, con las mismas posibilidades, con las mismas ayudas... Y no es así. ¿Por qué tiene que costar tanto? ¿Acaso no sería más beneficioso para el país que todos estudiaran?", se cuestiona.
A juicio de la rectora, "debiera llamar la atención que la élite económica no conozca lo que sucede en el propio país, (pues) eso es muy peligroso".
Puso como ejemplo, respecto al contexto actual de pandemia, "las palabras del (ex) ministro Mañalich asombrándose por cómo vive la gente en el país".