La guerra en Etiopía se expande en torno a la ciudad de Lalibela, patrimonio mundial
La zona fue tomada por los rebeles de la vecina región de Tigray, del norte del país africano, que mantienen un conflicto bélico con el Gobierno central.
La guerra comenzó en noviembre, cuando el Ejecutivo lanzó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación Tigray tras una escalada de las tensiones políticas.
El 4 de noviembre, el Gobierno central lanzó una ofensiva contra las fuerzas tigriñas en medio de las tensiones de los meses precedentes y en represalia por un ataque contra una base militar federal.
Los enfrentamientos continuaron este viernes, por segunda jornada consecutiva, en la zona de la histórica ciudad etíope de Lalibela, que alberga las famosas Iglesias excavadas en roca declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que este jueves fue tomada por los rebeldes de la vecina región de Tigray (norte).
Residentes de la zona confirmaron a Efe que este viernes proseguían las movilizaciones bélicas por parte de los dos bandos en conflicto -el Gobierno central etíope y los rebeldes tigriños- y que se extendieron también hacia otras localidades de la región Amhara (al sur de Tigray), donde se encuentra Lalibela.
Esta nueva escalada bélica en Amhara -región también abiertamente enfrentada a Tigray- no solo supone una simbólica demostración de fuerza por parte de los rebeldes, sino que hace temer por el futuro de este gran enclave de la cristiandad etíope y principal exponente monumental de la Dinastía Zagüe (1137-1270), que además también es uno de los principales atractivos turísticos de Etiopía.
Tras la toma de la ciudad este jueves, actores internacionales como la Unesco y el Gobierno de Estados Unidos pidieron a las fuerzas tigriñas -agrupadas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT)- que garanticen la protección de Lalibela.
En respuesta, en un comunicado, el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT) -bloque político que gobernaba la región hasta que el antagonismo con el Gobierno federal desembocó en este conflicto- aseguró que protegerán el patrimonio.
EXPANSIÓN HACIA LOCALIDADES CERCANAS A LALIBELA
En esta jornada, residentes del área de Lalibela confirmaron a Efe en conversación telefónica la continuidad de las operaciones militares en la zona no sólo con intercambio de disparos en algunos puntos, sino que las FDT tomaron ya también el control de dos localidades rurales próximas: Gashena y Meket.
"Muchos de los residentes de Lalibela han dejado la ciudad con miedo por sus vidas", contó a Efe Sisay Demelw, un vecino de esta ciudad.
Por otra parte, desde la cercana localidad de Woldia (a tan solo 12 kilómetros de Lalibela), su alcalde indicó a Efe que, aunque actualmente reina la normalidad, creen ser el próximo objetivo de las FDT.
"Sabemos que el próximo plan será Woldia, así que nuestras fuerzas (de seguridad) ahora tienen la tarea de hacer guardia en las montañas y colinas que la rodean para frenar la expansión de las FDT sobre Woldia", dijo.
Pese a ello, otro residente de esta misma localidad que prefirió mantener el anonimato señaló a Efe que tanto el Ejército nacional como las fuerzas regionales amharas se estaban retirando hoy de Woldia.
"No sabemos cuál es el plan. Las Fuerzas de Defensa Nacionales de Etiopía están abandonando Woldia y retirándose a la vecina Mersa", agregó este vecino.
En breves declaraciones realizadas hoy a la prensa local, el director de comunicación del gobierno regional de Amhara, Gizachew Muluneh, admitió que la guerra se está intensificando en Lalibela y en las áreas adyacentes.
Asimismo, acusó a las FDT de cometer deliberadamente atrocidades y de vandalizar propiedades en las zonas en las que tienen el control.
DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DE TIGRAY
La guerra de Tigray comenzó el pasado 4 de noviembre, cuando el Ejecutivo del primer ministro Abiy Ahmed lanzó una ofensiva contra el FPLT tras una escalada de las tensiones políticas durante los meses precedentes y en represalia por un ataque contra una base militar federal.
El pasado 28 de junio, Etiopía declaró un "alto el fuego unilateral humanitario", pero aunque el Ejército se retiró de varias ciudades -incluida la capital regional tigriña, Mekele- las fuerzas de Amhara, que habían anexionado de facto durante el conflicto el oeste de Tigray -sobre el que reclaman su derecho histórico-, permanecieron sin moverse.
Durante las últimas semanas, las fuerzas tigriñas incrementaron sus acciones militares para recuperar estos territorios, ganando terreno en el oeste y el sur de la región y volviendo a elevar los niveles de tensión del conflicto.
Además de a Amhara, la guerra se ha expandido también a otras regiones que bordean Tigray, como la vecina Afar.
Por su parte, el FPLT reclamó la semana pasada el inicio de un "proceso político inclusivo de transición".
Desde el inicio de la guerra, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.
Además, la ONU alertó a principios de julio de que ya hay unas 400.000 personas en condiciones de hambruna en Tigray y otras 1,8 millones al borde de ella.
También preocupa a la ONU la situación de miles de refugiados eritreos en Etiopía (se calcula que cerca de 100.000 en todo el país), que se han visto atrapados en el conflicto, muchos internados en campos sin acceso a ayuda humanitaria.
"He recibido muchas denuncias creíbles de graves violaciones de los derechos humanos cometidas contra los refugiados eritreos", alertó hoy en un comunicado Mohamed Abdelsalam Babiker, relator de derechos humanos en Eritrea de la ONU.
"Han sido señalados, puestos en la diana y victimizados por ambos lados por una 'percibida' colaboración con el otro bando del conflicto", agregó.