China prohíbe la demolición "a gran escala" de edificios en proyectos urbanos
El gobierno explicó que la tasa de urbanización de China ya supera el 60%, por lo cual se debe aplicar una estrategia de "mejora de las edificaciones ya existentes".
Entre los nuevos requisitos del Ministerio, también figura la limitación de los reasentamientos masivos obligatorios de residentes.
El Ministerio de Vivienda chino anunció nuevos requisitos para proyectos de renovación urbana, según los cuales quedan prohibidas las demoliciones a gran escala en el país, recogen hoy medios locales.
El Ministerio define "demoliciones a gran escala" como aquellas en las que el área de edificaciones derruidas supera el 20% de la superficie total del proyecto de renovación.
El viceministro Huang Yan explicó que la tasa de urbanización de China ya supera el 60%, por lo cual se debe aplicar una estrategia de "mejora de las edificaciones ya existentes", en lugar de la construcción a gran escala de inmuebles que ha sido protagonista en fases más tempranas de la urbanización china.
Sin embargo, las autoridades locales no estarán obligadas a respetar la proporción de edificaciones derribadas si éstas son identificadas como "ilegales o "peligrosas".
Entre los nuevos requisitos del Ministerio, también figura la limitación de los reasentamientos masivos obligatorios de residentes, práctica habitual en el país asiático tras las demoliciones, a la vez que se pide que "se respete la voluntad de los reasentados" y se conserve "la relación entre las personas, la tierra y la cultura".
En las últimas décadas, las demoliciones de edificios para abrir paso a nuevos proyectos y los consiguientes desalojos de residentes han sido frecuente fuente de conflicto social en China.
Uno de los aspectos más polémicos es la cuantía de las indemnizaciones recibidas a causa las demoliciones, sobre la cual surgen a menudo desacuerdos entre las autoridades y los inquilinos.
El rápido desarrollo urbano en las últimas décadas ha afectado también al patrimonio cultural histórico chino.
La Administración Nacional del Patrimonio Cultural calculó que, entre 1982 y 2009, habían desaparecido más de 30.000 lugares históricos como templos, tumbas o casas antiguas.