El ex juez que llevó a prisión a Lula da Silva se afilió a partido de derecha y podría competir en las presidenciales

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Sergio Moro también fue ministro de Justicia de Bolsonaro, del que se alejó por haber abandonado la lucha contra la corrupción.

El partido Podemos pretende instalar una “tercera vía” en un escenario polarizado en Brasil.

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En su discurso, Moro lanzó críticas a Lula da Silva y Jair Bolsonaro.

El ex juez brasileño Sergio Moro, que llevó a prisión a Luiz Inácio Lula da Silva y luego fue ministro del presidente Jair Bolsonaro, se afilió este miércoles a un partido de derecha que lo proclamó como posible candidato presidencial para 2022.

Moro no aclaró sus intenciones, pero al afiliarse al partido Podemos hizo un discurso de candidato, el cual salpicó con críticas más o menos directas a Lula y Bolsonaro.

"Hay otros nombres" para construir lo que se denomina "tercera vía", pero "si fuera necesario que asuma ese proyecto, sepan que estoy a disposición", declaró el ex juez ante cientos de asistentes que lo proclamaron bajo el lema "Brasil defiende a Moro presidente".

En un discurso que duro cerca de una hora, Moro propuso una economía liberal con acento social: "Recuperar el combate a la corrupción" que "el actual gobierno abandonó" y "pensar más en los pobres que en los políticos", declaró.

LA TRAYECTORIA DEL EX JUEZ

La afiliación de Moro a Podemos fue casi un mitin de campaña y congregó a cientos de militantes de otras fuerzas conservadoras opuestas a Bolsonaro en Brasilia. Pidieron para las elecciones de 2022 una "tercera vía" frente a la ultraderecha del gobernante y el "izquierdismo" y la "corrupción" del ex presidente Lula da Silva.

Bajo el lema "Por un Brasil justo para todos", Podemos presentó a Moro como un posible candidato "contra la corrupción". Se le mostró como una persona liberal en lo económico y ajeno a la "política tradicional", que puede "pacificar" al país y romper la polarización.

Moro obtuvo fama como juez de la operación Lava Jato, que destapó una vasta trama de corrupción en la empresa estatal Petrobras. Esta investigación se extendió desde Brasil hasta una decena de países: terminó con Lula da Silva y poderosos empresarios y políticos en la cárcel.

Bolsonaro posteriormente lo nombró ministro de Justicia cuando se impuso en las elecciones de 2018, en las que Lula no pudo participar por estar en prisión, pero en abril de 2020 Moro renunció al gobierno y acusó al mandatario de haber abandonado el combate contra la corrupción.

Una vez que se alejó de Bolsonaro su imagen cayó. El Tribunal Supremo estableció que, como juez, dirigió parte de las acciones de los fiscales de la Lava Jato, lo cual está prohibido por ley, y declaró que no había sido "imparcial" en los juicios contra Lula.

El ex mandatario fue condenado a casi 26 años, pero pasó solo 580 días en prisión. Posteriormente los procesos fueron luego anulados por un conflicto de competencias, en una tardía decisión de la Corte Suprema que fue adoptada en abril pasado.