Centro Nansen: No hemos hecho una mesa de diálogo en La Araucanía, sólo estamos capacitando
Alfredo Zamudio, director de esa misión en Chile, señaló en Cooperativa que no sabe "si hay voluntad política" para un proceso como ése, que "puede demorar".
Quienes participen deben quedarse a conversar "incluso cuando el otro te expresa mucha rabia y miedo, porque debajo de eso hay puntos de inflexión", aseguró.
El director de la misión en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, Alfredo Zamudio, descartó por ahora que que sus conversaciones con universidades y la sociedad civil de La Araucanía devengan en una mesa de diálogo para dar una salida a la violencia en la región, porque tras meses de trabajo, no es seguro que exista voluntad política.
"Nosotros no estamos hablando de un conflicto, hablamos de reparar y reconstruir relaciones", planteó Zamudio en El Diario de Cooperativa, transparentando además que "estamos -como dicen en Chile- unos 40 pueblos antes de empezar a desenredar esa madeja. Sólo estamos haciendo una cosa muy chiquita, que es aumentar y mejorar las capacidades para conversar".
Con "capacidades" el líder de la entidad noruega se refiere a la convocatoria de instituciones que pueden aportar en el proceso, y que junto con el conocimiento y la voluntad política, conforman los tres pilares para dar paso a las reparaciones.
"En este momento sólo estamos haciendo capacitaciones para dialogar: no estamos ni hemos hecho mesas de diálogo. No hemos hecho ningún contacto para invitar a una mesa de diálogo, porque no sabemos si hay voluntad política, y ese es un proceso que se puede demorar, porque es consultar con mucha gente", explicó.
"Desde una democracia avanzada, uno tiene que entender que no necesariamente conversar y escuchar al otro tiene que ser motivado por una transacción de lograr un acuerdo: escuchar al otro también nos puede enseñar cosas que no sabemos de la vida del otro, de la rabia y el miedo del otro. En ese proceso podemos tomar una gran decisión como país: que no necesitamos siempre tener acuerdos, pero que podemos tener una comunidad de desacuerdos", propuso.
Zamudio además aclaró que mientras que "la negociación y la mediación son para lo urgente, para transformar algo ahora mismo, y ponen menos énfasis en las relaciones, el diálogo toma más tiempo, es más incluyente, no transforma muchas cosas, pero mejora relaciones", por lo tanto, "si uno tiene una situación muy compleja que necesariamente no entiende", como es el caso de la situación en La Araucanía, "la negociación y la mediación no te van a permitir entender, porque necesitas incluir la voz de muchas gentes y tiempo para tener esas conversaciones".
"Reconstruir una situación complicada requiere de tiempo y de mucha voluntad para quedarse a conversar -continuó-, incluso cuando el otro te expresa mucha rabia y miedo (...) porque debajo de la rabia y del miedo, si uno escucha atentamente, hay puntos de inflexión, pero para llegar a ellos (...) se necesita tiempo, un espacio seguro, escucha activa y mucha voluntad".