Irlanda: Adulta mayor pasará las fiestas de fin de año en prisión por negarse a usar mascarilla
Margaret Buttimer, de 66 años, acumula cinco condenas por su rebeldía anti sanitaria.
En los juicios anteriores puso en duda la existencia del Covid-19 y de la eficacia de los tapabocas.
El juez James McNulty consideró que la mujer era una persona "agradable" que llevaba una vida "inmaculada" hasta la llegada de la pandemia.
Una mujer adulta irlandesa "agradable" y de conducta "inmaculada" hasta la pandemia, pasará la Navidad en la cárcel por negarse a portar mascarilla en reiteradas ocasiones en restaurantes, tiendas y otros lugares públicos.
Con esas palabras describió el juez James McNulty a Margaret Buttimer de 66 años, cuando el pasado jueves dictaminó una sentencia de seis meses en prisión en el tribunal del distrito de Bandon, en el condado de Cork.
Aquella oportunidad no era la primera vez que Buttimer comparecía ante la Justicia por negarse a llevar la mascarilla. Lo que, según estimó el juez, es una actitud "absurda y egoísta" que demuestra un "desprecio deliberado por el prójimo".
En la oportunidad, la fiscalía presentó cargos en su contra por rechazar la protección facial en el restaurante Jakes de Bandon el pasado 17 de noviembre. En la acusación se indicó que los responsables del establecimiento le pidieron que se pusiera la mascarilla, pero se vieron obligados a solicitarle que abandonara el local, tras negarse en 15 ocasiones.
Según dicha versión, Buttimer se negó a salir y se quedó en el mostrador hasta la llegada de la Policía, a la que también ignoró cuando le pidieron que se pusiera la mascarilla o se fuera.
Actitud reincidente
En su sentencia, el magistrado dijo estar "perplejo" por la actitud reincidente de la acusada, que ya acumulaba otras cinco condenas previas por delitos similares en tiendas y lugares públicos.
McNulty aseguró que no entendía la persistencia de Buttimer para rechazar la mascarilla, pues, al margen de estos sucesos, consideraba que era una señora "agradable" que llevaba una vida "inmaculada".
En ocasiones anteriores, la condenada había alegado en su defensa que desconfiaba de la eficacia de las mascarillas y que no estaba segura respecto a la existencia del Covid-19.