A cuatro años de la visita del papa, denuncias de abuso sexual a la iglesia chilena siguen impunes
Cercanos a las víctimas acusaron que la renovación de la iglesia se trancó.
El abogado Juan Carlos Claret afirmó que la visita de Francisco "dejó menos creyentes de los que había antes de su llegada" y calificó a la institución como "peligrosa".
Laicos y denunciantes de casos de abuso sexual dentro de la Iglesia católica chilena aseguraron a la Agencia EFE que el papel de la institución en el esclarecimiento de la verdad se redujo a actos comunicacionales y que la impunidad sigue siendo la regla.
Cuando hace cuatro años llegó el papa a Chile, la autoridad recibió de frente una ola de denuncias por abusos sexuales y encubrimiento sistemático en las últimas décadas contra la iglesia.
"Obispo encubridor no puede ser pastor", decían muchos afiches emplazados en las calles chilenas para recibir a Francisco, que además se encontró con muchos menos devotos de los que esperaba la institución sacudida por casos como el del ya fallecido Fernando Karadima, autor de delitos sexuales mientras era párroco en El Bosque.
La autoridad religiosa exigió "pruebas" a las víctimas y calificó de "calumnias" todas las imputaciones, al ser preguntado por las acusaciones contra el renunciado obispo Juan Barros.
En mayo del 2018, Francisco reconoció una "cultura del abuso y encubrimiento" en Chile, luego de varias visitas al país de investigadores del Vaticano. Además, invitó a los denunciantes a Roma, y pidió la renuncia a varios obispos del país.
"RENOVACIÓN TRANCADA"
Eugenio de la Fuente, quien acompañó a varias víctimas al denunciar y que el 2021 dejó el sacerdocio después de 20 años -tras una larga reflexión en pandemia- dijo a Efe que determinó que "no podía seguir manteniendo la promesa de obediencia a la institución".
Lo anterior, luego de darse cuenta, a mediados del 2020, "que la renovación de la iglesia chilena se había trancado", ya que pidieron la renuncia "de ocho obispos sin transparentar sus razones, y muchos otros quedaron".
"Nunca se continuó la renovación de la Iglesia chilena, ese es un hecho objetivo", acusó. Además, señaló que muchos de los casos que acompañó "terminaron en los dicasterios romanos con muy malas soluciones, sin reparación, con negligencia, con protección de personas con altos cargos de congregaciones", defraudando "a las víctimas una vez más".
FRANCISCO DEJÓ MENOS CREYENTES Y LA IGLESIA ES UNA INSTITUCIÓN PELIGROSA
El abogado Juan Carlos Claret, exvocero de laicos y laicas de Osorno donde cumplía funciones el entonces obispo Juan Barros, consideró que es un hecho que la visita de Francisco "dejó menos creyentes de los que había antes de su llegada".
"Si bien el episcopado no tenía una preponderancia social, sí la tenía en las esferas de poder. Con la visita de Francisco y el escándalo que eso generó, el episcopado perdió esa posición", afirmó a Efe quien al 2020 contaba con más de 300 causas pendientes por denuncias de abusos contra clérigos , la mayoría de ellas sin respuesta.
También agregó que "los casos de abuso tuvieron un efecto preponderante en lo comunicacional, pero en lo institucional bastante menos". Y que hasta ahora, se ha puesto "un poco más de orden, pero los nudos problemáticos que afectan tanto la ocurrencia del abuso como su encubrimiento siguen ahí y eso no ha cambiado".
"La Iglesia sigue siendo una institución peligrosa. No digo que el mensaje sea peligroso, sino la orgánica, el diseño institucional", sostuvo, además de manifestar que si se "quiere corregir esos peligros tiene que ser capaz de cuestionar los propios fundamentos de la institución".
José Andrés Murillo, uno de los denunciantes en el caso Karadima, acusó de negligencia la lentitud en las investigaciones judiciales.
"Sabemos que hay intervención de la Iglesia a nivel de lobby (...) que deja con una sensación por un lado de impunidad y por otro de indefensión a las víctimas, indiferencia y abandono", señaló.
De esta forma, agregó que es necesario que el Estado "establezca las condiciones necesarias para la investigación y el establecimiento de la verdad". "La sociedad estaba del lado del poder porque estar fuera del poder era muy peligroso. Hoy día se ha corrido el cerco y la sociedad está de lado de las víctimas", declaró.