Tensiones en la derecha italiana tras su fracaso en la elección presidencial
Era la primera vez que estos tres partidos, Forza Italia, los ultraderechistas Liga y Hermanos de Italia escribían un nombre concreto en las papeletas de la votación.
La candidatura de Elisabetta Casellati obtuvo solo 382 votos, unos sesenta menos de los que la coalición esperaba.
Tras este varapalo, en la segunda votación del viernes, la derecha ha optado por abstenerse, mientras crece el hastío pues está condenada a acercar posturas con la izquierda, ya que ningún bloque suma por sí solo.
La coalición de derechas de Italia, la de los partidos de Silvio Berlusconi, Matteo Salvini o Giorgia Meloni, quedó hoy tocada tras fracasar en su intento de elegir como jefa de Estado a la actual presidenta del Senado, Elisabetta Alberti Casellati, ya que obtuvo muchos menos votos de los esperados.
Era la primera vez que estos tres partidos, Forza Italia y los ultraderechistas Liga y Hermanos de Italia, escribían un nombre concreto en las papeletas de la votación que desde el lunes tienen lugar en el Parlamento para elegir nuevo presidente de la República.
Aunque contaban, en principio, con unos 440 escaños, junto a otras pequeñas formaciones conservadoras y democristianas, al final la candidatura de Casellati obtuvo solo 382 votos, unos sesenta menos de los que la coalición esperaba y que no han seguido la disciplina de partido amparándose en el voto anónimo.
Salvini, que se encarga de liderar la coalición durante la elección presidencial, se apresuró a aclarar que los 209 votos de su Liga habían ido "compactos" para Casellati, al igual que Meloni, que criticó a otras formaciones de la derecha, sin dar nombres, por "trabajar para impedir" un jefe de Estado conservador.
El dedo acusador fue el del diputado Vittorio Sgarbi, que aseguró que los principales sospechosos eran algunos electores de Forza Italia y sobre todo los "nuevos amigos de Cambiamo!", el partido del gobernador de Liguria (norte), Giovanni Toti, con 29 escaños.
Éste dijo que la coalición "no es un matrimonio entre personas que se han jurado por fuerza vivir juntos", sino una alianza "con muchas sensibilidades que deben ser tenidas en cuenta".
En los últimos días, los analistas venían alertando de grietas en la coalición, que gobierna en quince de las veinte regiones del país, sobre todo por su liderazgo debido al ocaso de Berlusconi, hospitalizado en Milán (norte).
Tal es así que hace unos días propusieron tres candidatos, en vez de uno --la exalcaldesa de Milán, Letizia Moratti, el fiscal Carlo Nordio y el filósofo conservador y político Marcello Pera --, aunque los dejaron de lado ante el inmediato rechazo de la izquierda.
Además Salvini, que en el último lustro ha sido el político que más ha crecido, va a la baja en las encuestas mientras que Meloni sigue la senda contraria, como único partido que hace oposición al Gobierno de unidad nacional dirigido por Mario Draghi.
Tras este varapalo, en la segunda votación del viernes, la derecha ha optado por abstenerse, mientras crece el hastío pues está condenada a acercar posturas con la izquierda, ya que ningún bloque suma por sí solo.