La Unión Africana suspende a Burkina Faso tras el golpe de Estado
El líder golpista, Paul Henri Sandaogo Damiba, advirtió que la "normalidad constitucional" volverá únicamente cuando se den las condiciones que marque el pueblo.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) -bloque regional que integra a 15 países- exigió también la liberación del presidente derrocado por los golpistas.
El golpe de Burkina Faso es el cuarto que sufre la región de África occidental, tras los dos acaecidos en el vecino Malí (agosto de 2020 y mayo de 2021), país que también padece la lacra del terrorismo yihadista; y el de Guinea-Conakri (septiembre de 2021).
El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) anunció hoy la suspensión de Burkina Faso de todas las actividades de la organización hasta que se restaure el orden constitucional en el país, tras el golpe de Estado del pasado 24 de enero.
"El Consejo decide en línea con todos los instrumentos relevantes de la UA (....) suspender la participación de Burkina Faso en todas las actividades de la UA hasta la restauración efectiva del orden constitucional en el país", dijo el organismo a través de su cuenta en la red social Twitter.
Esta medida sucede a la decisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) de suspender a este país de África occidental de todas sus instituciones tras una cumbre extraordinaria virtual el pasado viernes.
La Cedeao -bloque regional que integra a 15 países- exigió también la liberación del presidente derrocado por los golpistas y ahora supuestamente detenido Roch Marc Christian Kaboré.
Ninguna de las dos organizaciones ha optado de momento, sin embargo, por la imposición de sanciones contra Burkina Faso, algo que la Cedeao podría considerar en la próxima cumbre, esta vez presencial, prevista para el 3 de febrero en Accra, la capital de Ghana (que ocupa la presidencia rotatoria de la organización).
Los militares tomaron el poder en Burkina Faso el pasado día 24 de enero tras la tensión vivida el domingo por los disparos en varios cuarteles militares de Uagadugú y otras urbes, unos incidentes calificados en un principio como un supuesto motín para exigir mejoras en las Fuerzas Armadas.
El golpe de Estado se confirmó tras la aparición de miembros de la junta militar en la televisión estatal RTB, que anunciaron haber depuesto al presidente Roch Kaboré -quien acabó presentando su dimisión en una carta manuscrita- y otras medidas, como la disolución del Gobierno y el Parlamento o la suspensión de la Constitución.
El pasado jueves, un día antes de la cumbre de la Cedeao y en su primer mensaje televisado a la nación desde la asonada, el líder de los golpistas, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba, advirtió de que la "normalidad constitucional" volverá únicamente cuando se den las condiciones que marque el pueblo burkinés.
El golpe tuvo lugar después de la escalada del descontento social durante los últimos meses por la inseguridad generada por la violencia yihadista.
Burkina Faso sufre el yihadismo desde 2015 y los ataques, que se atribuyen a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico, han provocado más de 1,5 millones de desplazados internos, según el Gobierno burkinés.
El golpe de Burkina Faso es el cuarto que sufre la región de África occidental, tras los dos acaecidos en el vecino Malí (agosto de 2020 y mayo de 2021), país que también padece la lacra del terrorismo yihadista; y el de Guinea-Conakri (septiembre de 2021).