Mujer cuyo novio escapó con una refugiada ucraniana: "Ella lo miró desde el comienzo, decidió que lo quería y lo tomó"
Lorna, quien formó una familia con Tony Garnett por 10 años, habló con la prensa inglesa sobre las semanas que "destruyeron" su vida: "Él tiró todo por alguien a quien conoce hace 14 días".
"Mostré compasión y miren adónde fui a parar", lamentó, aunque sin afán de "desanimar a nadie a aceptar refugiados".
Sí aconsejó que "piensen con cuidado el impacto familiar".
Tony y Sofiia (foto de la derecha) ahora viven juntos en la casa de los padres de éste: "A ella no le importó la devastación que quedó atrás", deplora Lorna (a la izquierda).
Toda historia tiene distintas voces y todo drama tiene nuevos capítulos. Es lo que sucedió ahora con Lorna Garnett (28 años), mujer inglesa que se hizo conocida los últimos días debido a que su pareja por una década, Tony (29), las abandonó a ella y a las dos hijas pequeñas que tienen en común para irse a formar una nueva vida con Sofiia Karkadym (22), refugiada ucraniana que habían acogido en su hogar hace apenas dos semanas.
Lorna, quien cambió su apellido de nacimiento para utilizar el de Tony, pese a que no estaban casados, relató a The Sun cómo fueron esos breves, pero intensos días que terminaron destruyendo su familia.
Como se supo, todo partió cuando Tony, guardia de seguridad en el sistema de salud británico, quiso acoger en su hogar a un refugiado ucraniano -fuera hombre o mujer- y, tras considerar que el proceso oficial del Gobierno era demasiado lento, decidió ofrecer ayuda a través de redes sociales, vía por la que se contactó con Sofiia.
"Al principio tenía mis reservas, ¿quién no? Estábamos trayendo a un extraño a vivir con nosotros en nuestra casa. Ésa es una decisión importante para tomar y, aunque yo estaba muy insegura, él quería hacerlo. La situación en Ucrania es terrible para la gente común, entonces decidí que era lo correcto dar un techo a alguien y ayudarlo cuando lo necesitaba con desesperación", relata Lorna: "Y así fue como Sofiia me pagó por darle un hogar", deplora hoy.
Asegura que Sofiia, tras llegar al hogar, "posó su vista sobre Anthony desde el comienzo, decidió que ella lo quería a él y lo tomó; a ella no le importó la devastación que quedó atrás".
Cuando se mudó a vivir con ellos, "rápidamente me quedó claro que Sofiia no estaba interesada en pasar tiempo conmigo. Su inglés es bastante bueno, por lo que el idioma no era una barrera". Tony, en la versión que dio al tabloide británico, contó que, como hablaba "un poco de eslovaco y éste no es muy diferente al ucraniano, pude entenderla en su lenguaje; eso empeoró las cosas porque Lorna no sabía de qué estábamos hablando".
Lorna rememora que "durante el día (Sofiia) no se maquillaba, no se peinaba y no se esforzaba en su apariencia", pero aquello cambiaba "después de las cinco de la tarde, cuando Tony debía volver a casa" de trabajar. "De repente ella había bajado por las escaleras con los labios rojos, el cabello arreglado y una blusa escotada".
"Al principio me dije que me lo estaba imaginando o estaba irracionalmente celosa, pero lamentablemente tuve razón todo el tiempo", reflexiona.
"LA VIDA QUE CONOCÍA ESTÁ DESTROZADA"
Las tensiones durante esos días, a causa de la peligrosa cercanía que mantenían Tony y Sofiia -incluso iban juntos al gimnasio y se quedaban "hablando y riendo" dentro de un auto en el estacionamiento-, llevaron a Lorna a tomar una decisión: echarla de la casa. Tony, que dijo haber sentido un "clic" desde el comienzo y que estaba seguro que a Sofiia le pasó lo mismo, replicó: "Si ella se va, yo me voy".
Desde entonces, Tony se fue a la casa de sus padres con Sofiia y ya "planean el resto de nuestras vidas juntos".
"Me dice que está compartiendo una cama con ella en la casa de su madre, así que eso me dice todo lo que necesito saber", comenta Lorna.
"No acabo por entender cómo él pudo tirar todo eso por una mujer a la que conoce desde hace 15 días. La vida que yo conocía está destrozada", expresa también, añadiendo que "todo lo que conocía se ha puesto patas arriba en un espacio de dos semanas".
"No sé qué habría hecho sin amigos, quienes han estado aquí para mí en cada minuto desde que él se fue", valora.
SIN AFÁN DE "DESANIMAR" A OTROS SOBRE LA ACOGIDA DE REFUGIADOS
En este marco, Lorna aclara que, al dar su versión de la historia, "nunca desanimaría a nadie a aceptar refugiados", ya que ante la crisis en Ucrania "la gente como yo querrá tener el corazón para ayudar a los necesitados".
"Todo lo que diría es que piense con mucho cuidado sobre el posible impacto de tener a un completo extraño viviendo en su hogar con su familia y su esposa o esposo", aconseja.
"Yo hice lo correcto, mostré compasión, ayudé a alguien quien estaba huyendo de una terrible guerra y miren donde fui a parar (...) pero no quiero que esto le pase a nadie más porque ha sido devastador", sentencia.