Prorrusos de Donetsk condenan a muerte a supuestos dos mercenarios británicos y uno marroquí

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EFE

El Tribunal Supremo de la separatista república popular acusó a los prisioneros de guerra de haber servido al Ejército ucraniano en acciones militares y terroristas en el Donbás.

El Gobierno de Kiev aseguró que no escatimará en esfuerzos para su liberación, alegando que los tres entran en el "estatus legal de combatientes"; mientras que Londres se expresó "profundamente preocupado" por la condena.

La sentencia es "una violación flagrante del derecho humanitario", alertó la organización Amnistía Internacional, invocando la Convención de Ginebra.

 EFE (Referencial)

‎Militares ucranianos patrullan el territorio cercano a una línea de frente alrededor de la pequeña ciudad de Bakhmut, Donetsk, a fines de mayo.

El Tribunal Supremo de la separatista república popular de Donetsk condenó a muerte este jueves a los prisioneros británicos Shaun Pinner y Aiden Aslin y al marroquí Braguim Saadun, supuestos mercenarios del Ejército ucraniano, según informó la agencia de noticias local DAN.

"Al emitir su veredicto el tribunal se guió no solo por las normas y reglas prescritas, sino también por el principio inquebrantable de la justicia", dijo un portavoz del tribunal.

Los condenados tienen un mes para recurrir la sentencia, derecho del que van a hacer uso los tres combatientes, según la agencia DAN.

Los tres prisioneros de guerra reconocieron haber cometido acciones dirigidas a la toma violenta del poder, en virtud del artículo 323 del código penal.

En tiempos de paz dicho artículo se castiga hasta con 20 años de cárcel, pero en caso de guerra el procesado puede ser condenado a pena de muerte, de acuerdo con las leyes de Donetsk.

Ninguno de los tres extranjeros reconoció haber participado como mercenarios en acciones militares en Ucrania, de acuerdo al artículo 430.

Este jueves, sin embargo, el tribunal informó de que los tres acusados sí habían admitido todos los cargos presentados en su contra, lo que incluye operar como mercenarios en el Donbás y realizar actividades terroristas, según precisó DAN.

Shaun Pinner, de 48 años, fue capturado durante el asedio ruso de la ciudad de Mariúpol (mar de Azov) después de varios años como soldado del Ejército ucraniano.

Aslin, de 28 años y que formaba parte desde 2018 del Ejército ucraniano, también fue apresado en abril por las milicias prorrusas en la misma ciudad de la región de Donetsk, donde continúan los combates entre tropas rusas y ucranianas.

A mediados de abril Aslin y Pinner se dirigieron en un mensaje difundido por la televisión rusa al primer ministro británico, Boris Johnson, con la petición de ser canjeados por el político prorruso cercano al Kremlin Víctor Medvedchuk, detenido por alta traición.

Tanto la familia de ambos soldados como el Gobierno británico han demandado a las autoridades rusas un trato digno de acuerdo con la Convención de Ginebra.

UCRANIA NO ESCATIMARÁ ESFUERZOS PARA LIBERARLOS

El Ministerio de Exteriores de Ucrania afirmó que no escatimará esfuerzos para lograr la liberación, dado que todos los extranjeros que luchan en territorio ucraniano como parte de las Fuerzas Armadas de Kiev son personal militar ucraniano, afirmó un portavoz, Oleh Nikolenko, en declaraciones a la agencia ucraniana RBC.

"De acuerdo al derecho humanitario internacional, caen bajo el estatus legal de combatientes", subrayó Nikolenko en referencia a los dos británicos y al marroquí a los que las autoridades separatistas en el Donbás califican de "mercenarios".

"Todo el personal militar ucraniano capturado por el enemigo tiene derechos como prisionero de guerra. El enemigo tiene prohibido someterles a actos violentos, intimidarles o tratarles de forma inhumana", indicó.

Además calificó el veredicto contra los tres de "nulo y sin efecto", acusando que "estos juicios públicos ponen los intereses de la propaganda por encima de los de la ley y la moralidad y socavan los mecanismos para el retorno de los prisioneros de guerra," acusó el portavoz.

LONDRES, "PROFUNDAMENTE PREOCUPADO"

El Gobierno británico, en tanto, se mostró jueves "profundamente preocupado" por estas condenas, según reaccionó un portavoz de Downing Street -oficina y despacho oficial del primer ministro británico, Boris Johnson-.

"Obviamente estamos profundamente preocupados por esto. Hemos dicho continuamente que los prisioneros de guerra no deberían ser explotados para fines políticos", apuntó la fuente oficial del Gobierno de Londres.

El portavoz recordó que "en virtud de la Convención de Ginebra, los prisioneros de guerra tienen derecho a la inmunidad concedida a los combatientes y no deberían ser juzgados por su participación en las hostilidades".

"Continuaremos trabajando con las autoridades ucranianas para intentar asegurar la liberación de cualquier nacional británico que esté sirviendo a las fuerzas armadas ucranianas y que estén retenidos como prisioneros de guerra", señaló.

AMNISTÍA INTERNACIONAL: SENTENCIA VIOLA EL DERECHO HUMANITARIO

La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) condenó este jueves la sentencia de muerte de dos británicos y un marroquí que combatían con el ejército ucraniano, una medida que supone "una violación flagrante del derecho humanitario internacional".

Amnistía señaló en un comunicado que "los tres eran miembros de las fuerzas regulares de Ucrania y, bajo la Convención de Ginebra, como prisioneros de guerra, están protegidos de ser procesados por haber tomado parte en las hostilidades".

La única excepción, recalca la organización, sería si estuvieran acusados de presuntos crímenes de guerra, en cuyo caso serían necesarias "suficientes pruebas admisibles" y un proceso "con estándares justos".

Los combatientes extranjeros, condenados por las autoridades prorrusas en la resgión de Donetsk, "no han sido juzgados por una corte independiente y regulada de manera imparcial", afirmó el vicedirector para Europa del Este y Asia Central de AI, Denis Krivosheev.

La organización humanitaria asegura que los cargos que pesan contra ellos "no constituirían crímenes de guerra".

"Quitarles la vida como resultado de un procedimiento manifiestamente injusto constituiría una privación de la vida arbitraria", subrayó Krivosheev.