Erupción en Tonga: Estudio revela que creó ondas atmosféricas que dieron la vuelta al mundo
Este evento volcánico, que incluso generó un tsunami en las costas chilenas, desencadenó ondas en la atmósfera que "reverberaron alrededor del planeta al menos seis veces".
Además, se alcanzó cerca de sus velocidades máximas teóricas, las más rápidas jamás vistas dentro de nuestra atmósfera, a 320 metros por segundo.
El volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, ubicado en el Océano Pacífico, entró en erupción el pasado 15 de enero, lo que generó alertas de tsunami en todo el mundo.
La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero pasado, una de las más potentes nunca observadas y que inclusó generó un tsunami en las costas chilenas, creó ondas atmosféricas que dieron seis veces la vuelta al mundo, señala un estudio que publica Nature.
Este evento volcánico en Tonga, "uno de los más explosivos de la era moderna", según el estudio liderado por la Universidad de Bath (Reino Unido), desencadenó ondas que reverberaron alrededor de la Tierra y alcanzaron cien kilómetros en la ionosfera.
La investigación combina amplios datos de satélite con observaciones a nivel del suelo para demostrar que la erupción fue "única en la ciencia observada", tanto en su magnitud como en su velocidad, y en el alcance de las ondas gravitatorias y atmosféricas de rápido movimiento que creó, señala el estudio.
El Hunga Tonga entró en erupción el pasado 15 de enero produciendo una pluma vertical que se extendió más de 50 kilómetros por encima de la superficie de la tierra, lo que desencadenó ondas en la atmósfera que "reverberaron alrededor del planeta al menos seis veces" y alcanzaron cerca de sus velocidades máximas teóricas, las más rápidas jamás vistas dentro de nuestra atmósfera, a 320 metros por segundo.
El investigador principal, Corwin Wrigth, de la Universidad de Bath, señaló que se trató de una explosión "enorme y realmente única en términos de lo observado por la ciencia hasta la fecha. Nunca antes habíamos visto ondas atmosféricas que dieran la vuelta al mundo, ni a esta velocidad: viajaban muy cerca del límite teórico".
Los autores describen el hecho de que un evento dominara una región tan extensa como algo único en el registro de observaciones, y ayudará a los científicos a mejorar los futuros modelos meteorológicos y climáticos de la atmósfera.
La erupción fue "un experimento natural increíble" y los datos que se pudieron recopilar "mejorarán nuestra comprensión de la atmósfera y nos ayudarán a mejorar nuestros modelos meteorológicos y climáticos", agregó Wrigth.