"Voy a votar Rechazo": senadora Ximena Rincón adelanta su opción, antes de la Junta Nacional DC
La impulsora del proyecto para bajar el quorum de reforma a la Constitución anunció su postura a un día del cónclave falangista.
"No me veo votando junto con la derecha, porque ella defiende los intereses de los sectores más pudientes del país", dijo su par Francisco Huenchumilla.
La Democracia Cristiana definirá, mediante cerca de 380 delegados, su postura institucional ante el plebiscito constitucional del 4 de septiembre.
A un día de la Junta Nacional en que la Democracia Cristiana definirá, mediante cerca de 380 delegados, su postura institucional ante el plebiscito constitucional del 4 de septiembre, distintas voces del partido expresan sus posiciones por el Apruebo y el Rechazo.
Así, la senadora Ximena Rincón (DC) anunció formalmente su apoyo al Rechazo, a la vez que promueve en el Senado un proyecto para bajar el quorum de reforma de la Constitución vigente.
"Chile se merece una buena nueva Constitución, pero no esta que se nos propone; el tener derechos sociales garantizados es importante y relevante, pero cuando no tienen financiamiento es engañar a la ciudadanía. Llegó la hora de atrevernos a estar en contra del texto que nos proponen, y yo voy a votar Rechazo", sostuvo.
A esto se suma lo que advirtió el ex timonel falangista Ignacio Walker, uno de los ex presidentes del partido que pidieron -sin éxito- libertad de acción a los militantes, quien expuso en El Primer Café de Cooperativa que la tienda está dividida en dos grupos de peso parejo: "una mitad por el Apruebo y otra por el Rechazo", de modo que hay riesgo de "un quiebre interno" si el cónclave se pronuncia, por una mayoría pequeña, a favor de una de las dos opciones.
Por su parte, el senador Francisco Huenchumilla afirmó que no se ve "en el Rechazo junto con la derecha, porque creo que ella defiende los intereses de los sectores más pudientes del país, y lo que aquí está en juego es si podemos tener una Constitución que se haga cargo de la clase media y los sectores desposeídos, de aquellos que fueron objeto de las desigualdades e injusticias a las que dio lugar este modelo de Constitución (vigente)".
El timonel de la DC, Felipe Delpín, aseveró que "algunos han señalado, algunos ex dirigentes principalmente, que se debería declarar libertad de acción. Creemos que no es posible, creemos que no corresponde a un partido político. Esperamos un gran debate en la junta nacional, el país espera una definición de nuestro partido".
Figuras de la ex Concertación también se suman al Rechazo
Durante esta jornada, otras 10 figuras de la ex Concertación se sumaron a la opción Rechazo a través de una carta, incluyendo al ex ministro Andrés Velasco, el ex subsecretario Felipe Harboe y al ex presidente de Codelco Óscar Landerretche.
Quienes también firmaron son la gestora cultural Javiera Parada, el abogado Antonio Bascuñán, el actor Pablo Díaz, el ex ministro Manuel Marfán, la ex subsecretaria Carolina Torrealba, el ex director del Museo de la Memoria Ricardo Brodsky y la historiadora Sol Serrano.
"Los firmantes, sin arrogarnos ningún tipo de representatividad especial ni en nombre de ningún colectivo específico, y solo como ciudadanos comprometidos con la necesidad de una nueva Constitución —pero no de cualquier Constitución— invitamos a votar Rechazo este próximo 4 de septiembre", dice el texto.
En la carta aseguran que "desde su inicio la Convención optó por un tono adversarial y excluyente, donde ha sido más importante subrayar las causas identitarias y la reivindicación de dolores pasados que la construcción de un horizonte nacional compartido (...). Se reedita el error de Jaime Guzmán: convertir la herramienta constitucional en un arma de un sector contra otro, aunque esta vez con el signo ideológico opuesto".
"En sistema político, la propuesta no es un avance respecto de lo que tenemos. La combinación de un Ejecutivo debilitado, un Congreso de los Diputados y Diputadas muy poderoso, y una Cámara de las Regiones (que reemplaza al Senado) con facultades muy menguadas, en el marco de una fragmentación política galopante, anticipa un sistema más propenso al conflicto que a la colaboración, y eventualmente también a la captura por sobre los contrapesos", aseguran.