Valdivia, pionera en Latinoamérica en el transporte fluvial público y verde
Desde febrero de 2021, son tres los botes con paneles solares y motores eléctricos los que trasladan a los valdivianos diariamente a lo largo del río Valdivia.
"¿Quién no va a preferir pasar 10 minutos navegando por el río, observando la ciudad, que estar en medio de un taco en una carretera?".
Emplazada en la confluencia de tres ríos y conocida como la "Perla del sur", la ciudad de Valdivia es pionera en Latinoamérica en impulsar el transporte público fluvial a base de energías limpias, una alternativa a las saturadas carreteras que va ganando terreno.
Desde febrero de 2021, son tres los botes con paneles solares y motores eléctricos los que trasladan a los valdivianos diariamente a lo largo del río Valdivia.
"Este proyecto es único en América Latina por dos razones: porque es un tipo de transporte público, entendiendo que el río es en sí una oferta vial, y porque su fuente energética es la solar fotovoltaica", aseguró a EFE Jean Pierre Ugarte, representante del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones en la Región de Los Ríos.
En los ríos Paraná y de la Plata sí existe transporte de carga y de personas, pero "ni es sustentable ni está regulado con tarifas estatales", precisó Ugarte, quien cree que este proyecto podría ser exportable a otras zonas costeras de Chile, como Valparaíso o Chiloé.
"RECUPERAR EL RÍO"
Valdivia, uno de los polos universitarios más importantes del país, es una ciudad que siempre vivió "de cara al río" hasta el terremoto de 1960, que la destruyó por completo y que con una magnitud de 9,5 es el más fuerte registrado en la historia.
El proyecto, bautizado como "Puerto Solar" y producto de una alianza público-privada, busca en parte volver a poner a la ciudad frente al agua y "generar sentido de pertenencia en torno al río", indicó a EFE la empresaria Valeria Preller.
"Nosotros queremos volver a acercar a la ciudadanía al río, en una convivencia cívica y cuidando al medioambiente. El río es parte del orgullo y de la identidad de la ciudad", agregó Preller, la contraparte privada.
Pese a ser una ciudad pequeña, de no más de 150.000 habitantes, Valdivia tiene grandes problemas de congestión vial y pocas posibilidades de expandirse y de construir nuevas infraestructuras.
En hora punta, cuando los tiempos de traslado pueden ser tres veces más altos a los de un momento valle, "esta alternativa resulta la más rápida, junto con la bici o la caminata, todas sustentables", afirmó Ugarde.
Los botes tienen capacidad para 15 personas cada uno y, en promedio, transportan a 3.000 personas al mes, aunque en el verano austral, principalmente en febrero, hay picos de hasta 4.500.
Hoy en día están habilitadas seis paradas entre los muelles de Puerto Solar y Collico, pero hay planes para incorporar a corto plazo otras dos más, y los boletos oscilan entre los 800 pesos de la tarifa normal y los 400 y 260 para adultos mayores y estudiantes, respectivamente.
GRANDES AVANCES EN ELECTROMOVILIDAD
Con más 2.500 autos y casi 900 buses eléctricos en operación en el transporte público de Santiago -la flota más grande después de China-, Chile es uno de los países que más ha avanzado en el mundo en materia de electromovilidad.
El Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones autorizó a principios de este mismo mes la circulación del primer bus eléctrico fabricado en el país por la compañía Reborn Electric Motors, que será usado por la estatal Codelco -la mayor cuprífera del mundo- para trasladar trabajadores.
Chile, donde más del 37 por ciento del consumo de energía es utilizada por el sector transporte, en su mayoría fuentes fósiles importadas y contaminantes, tiene la meta de ser carbono neutral en 2050.
La electromovilidad va a jugar un rol fundamental en este desafío, pues aportará con casi el 20 por ciento de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
"Los botes no generan contaminación acústica ni ambiental. Su única huella de carbono se produce en su construcción", apuntó Preller.
Para Claudio Vásquez, jefe de Transporte Público de Los Ríos, el reto más inmediato es integrar en la cultura valdiviana este servicio público fluvial y ampliar su difusión, ya que gran parte de sus usuarios lo ven como un atractivo turístico.
"¿Quién -se preguntó en declaraciones a EFE- no va a preferir pasar 10 minutos navegando por el río, observando la ciudad, que estar en medio de un taco en una carretera?".