Propagador de teorías conspirativas en EEUU fue multado con 4,1 millones de dólares
Alex Jones difundió mentiras sobre un tiroteo en una escuela en el que murieron 20 niños y seis adultos en 2012.
A través de su podcast el hombre aseguró que la masacre fue una farsa, por lo que fue demandado por las familias.
La teoría propagada por Jones llevó a varios de sus seguidores a amenazar y acosar a los padres de las víctimas
El propagador de teorías conspirativas y personalidad radiofónica de Estados Unidos Alex Jones fue sancionado este jueves con una multa de 4,1 millones de dólares por difundir mentiras sobre un tiroteo en una escuela en el que murieron 20 niños y seis adultos en 2012.
Un jurado condenó a Jones a pagar la sanción en concepto de compensación por daños causados a los padres de una de las víctimas del tiroteo, Jesse Lewis, que tenía 6 años cuando el asesino irrumpió en la escuela y acabó con su vida y con la de sus compañeros.
Desde su pódcast InfoWars, Jones se pasó años difundiendo la teoría de que ese tiroteo, ocurrido en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut, EEUU) en diciembre de 2012, fue una "farsa", ante lo que varias de las familias de las víctimas lo demandaron.
Después de que empezaron a presentarse las querellas, el comentarista radiofónico -conocido por sus posicionamientos de ultraderecha- cambió de discurso y pasó a reconocer que el tiroteo fue real.
Aun así, la teoría propagada por Jones llevó a varios de sus seguidores a amenazar y acosar a los padres de las víctimas, entre ellos a los del pequeño Jesse, a quienes acusaban de estar mintiendo sobre la muerte de su hijo con fines políticos.
Los 4,1 millones de dólares que el jurado otorgó a las víctimas están muy por debajo de los 150 millones que estas buscaban originalmente, aunque todavía debe llevarse a cabo un segundo juicio para determinar si Jones también es obligado a pagar daños punitivos, es decir, por haber tenido un comportamiento particularmente ofensivo.
El pasado viernes, la empresa de Jones, Free Speech Systems, se declaró en bancarrota, en un movimiento que las víctimas interpretaron precisamente como parte de una estrategia para rebajar la cuantía de la entonces ya previsible sanción.