La Iglesia de la Unificación reconoce su relación con políticos japoneses para "luchar contra el comunismo"
El presidente de la rama nipona negó que su credo lleve a cabo "ventas espirituales", una estrategia para obtener dinero de sus seguidores exigiendo donaciones.
Tras el crimen de Shinzo Abe, los medios nipones se han hecho eco de numerosos casos de parlamentarios que han recibido algún tipo de apoyo de esta organización.
Tomihiro Tanaka, presidente de la rama nipona de esta organización, enfrentó hoy a la prensa.
La Federación de Familias por la Paz y la Unificación del Mundo reconoció este miércoles su relación con políticos japoneses con el objetivo de "luchar contra el comunismo", aunque negó cualquier aspiración política detrás de este hecho.
Tomihiro Tanaka, presidente de la rama nipona de esta organización fundada en 1954 en Corea del Sur y más conocida como Iglesia de la Unificación, dijo hoy que desde su creación "buscan luchar contra el comunismo y trabajar con cualquier persona que comparta este objetivo, lo que incluye a políticos", pero negó otro interés secundario.
Tanaka hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa celebrada en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón (FCCJ) en Tokio, donde también negó que su credo lleve a cabo "ventas espirituales", una estrategia para obtener dinero de sus seguidores vendiendo artículos a altos precios o exigiendo donaciones.
"Los medios de comunicación siguen informando de que se realizan ventas espirituales incluso ahora, pero nunca nos hemos dedicado a esto, ni en el pasado ni en la actualidad", dijo el presidente del grupo.
El responsable de la Iglesia de la Unificación en Japón se defendió así de las afirmaciones que apuntan que su grupo religioso, que algunos describen como una secta por las mencionadas prácticas, podría estar relacionado con el asesinato el pasado 8 de julio del exprimer ministro japonés Shinzo Abe.
Tetsuya Yamagami, un exmilitar de 41 años residente en Nara, disparó mortalmente a Abe al considerar que este tenía vínculos con dicho credo, al que creía responsable de haber llevado a la ruina a su familia a través de ventas religiosas y donaciones por parte de su madre, que era miembro de él.
El sospechoso planeó en un principio atentar contra líderes de esta organización pero finalmente se decantó por marcar a Abe como objetivo después de ver un videomensaje enviado por el exmandatario en apoyo a un grupo afiliado a la Iglesia de la Unificación.
El escrutinio mediático del grupo ha aumentado tras la muerte de Abe y los medios nipones se han hecho eco recientemente de numerosos casos de parlamentarios del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), y otros partidos, que han recibido algún tipo de apoyo de esta organización o han participado en eventos de sus afiliados.
Estos vínculos entre el grupo y la esfera política del país ha sido uno de los factores que han mermado recientemente el apoyo público del actual primer ministro nipón, Fumio Kishida, que acometió hoy la primera remodelación de su Gabinete en un intento de cortar cualquier lazo dudoso con el grupo religioso.